El centro de coordinación del 091 ubicado en el cuartel de Lonzas presta servicio al Cuerpo Nacional de Policía en toda la provincia, pero no solo para atender las llamadas de la ciudadanía, sino también para coordinar el trabajo de los agentes y para responder a los requerimientos de todo tipo de instituciones, como juzgados, Fiscalía, Policía Local o 061. La centralización del servicio lleva a que desde la sala del 091 de A Coruña se atiendan también las necesidades de las comisarías de Santiago, Ferrol, Narón y Ribeira, así como de los vecinos de esas localidades que requieren asistencia.

Adán es el responsable de este servicio y detalla que un tercio de las llamadas que se reciben proceden de las instituciones, mientras que de las realizadas por la ciudadanía más de la mitad son calificadas como informativas, ya que se refieren a solicitudes de datos acerca de trámites como autorizaciones para menores o documentación, mientras que el resto son las denominadas como operativas, lo que implica que se movilice un recurso para atender a una persona. En el mes de mayo fueron hubo 1.792 operativas, mientras que informativas 5.200.

El volumen de actividad de la sala y la multitud de tareas diferentes que deben llevar a cabo los agentes destinados en ella hace precisas cualidades especiales para este servicio. "Lo que te dan los años de experiencia, y llevo seis aquí, es que tienes que tener una buena agilidad mental y no olvidar ningún detalle para que no se olvide ninguna comunicación tanto a una unidad que requiere de una actuación rápida como a la superioridad", explica Adán sobre su trabajo.

En cuanto al servicio a la ciudadanía, comenta que "la mayoría de las veces hay que tranquilizar a las personas cuando llaman", ya que en muchos casos "solo piden que les manden una patrulla sin especificar para qué". Cuando se les pide que den detalles sobre sus necesidades "empiezan a decir que ellos pagan sus impuestos o que la policía está a su servicio", pero desconocen que en función del servicio que precisen se mandará una dotación o dos, alguien especializado de policía judicial o una patrulla de paisano.

"Somos nosotros quienes tenemos que cribar las llamadas y saber a quién mandamos", señala Adán sobre esta labor, en la que el nerviosismo lleva a que muchas veces no se entienda a quien hace la llamada y haya que intentar comunicarse con ellos posteriormente. Este tipo de situaciones ocurre con frecuencia en casos de violencia de género en los que las víctimas solo pueden hacer una corta llamada tras la que luego no contesta a la que efectúa la policía. "Eso nos preocupa más porque puede ser por un motivo grave", explica el jefe del 091, quien menciona sin embargo que el servicio dispone de herramientas que permite a los agentes localizar la llamada de la víctima y que en la mayoría de las veces se le pueda prestar ayuda.

Pero el contacto diario con este tipo de problemas, al que se une la comunicación de fallecimientos a los familiares por toda clase de motivos, lleva a que los miembros del servicio se resientan personalmente. "Como en todas las profesiones que nos dedicamos a las emergencias, el propio trabajo nos va curtiendo día a día e intentamos que nos afecte cada vez menos", afirma Adán sobre esta parte de su trabajo, en la que admite que, a pesar de la experiencia y de que intentan afrontarla con profesionalidad, "son situaciones límite que nos afectan porque no somos robots".

Algunas personas llaman al 091 "para preguntar qué farmacia está de guardia o para pedir un cerrajero"

Además de las llamadas para auténticas emergencias, el 091 tiene que atender las de personas que utilizan el servicio "para preguntar qué farmacia está de guardia o porque necesita un cerrajero". Una situación curiosa reciente fue la llamada de una mujer a la que un vecino apuntaba con un puntero láser y que reclamaba una actuación policial. El jefe de la sala reconoce que por una parte "es una satisfacción que llamen porque significa que la policía está valorada", pero alerta que también va en detrimento de quien realmente necesita ayuda.