Una discusión por motivos económicos estuvo a punto de acabar con la vida de un vecino de Os Castros el 25 de febrero del año pasado sobre las tres de la tarde. Así lo concluyó el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña en la sentencia en la que impuso a uno de los dos compañeros de piso que se enzarzaron en la pelea por dinero cinco años de cárcel por cometer un delito de intento de homicidio.

El procesado, de 65 años y con antecedentes penales, la emprendió a golpes con la víctima, a quien acuchilló y agredió con un palo, tanto en el interior de la vivienda que compartían como en el portal, hasta donde la persiguió cuando trataba de huir. El afectado sufrió lesiones importantes en el cuello, una de ellas en la yugular, por lo que fue trasladado de urgencia al complejo hospitalario Universitario, donde permaneció ingresado dos días.

El perjudicado, de 47 años y sin antecedentes, también fue castigado con tres años de prisión, pues acometió con una navaja que escondía entre sus ropas al hombre que intentó matarlo. Los jueces lo consideraron autor de un delito de lesiones agravadas, pues su compañero de piso sufrió, como consecuencia de los navajazos, heridas en el cuello y en la cara de las que tardó en curar siete días, ninguno de los cuales estuvo incapacitado para realizar sus tareas habituales. Como secuelas le quedaron cicatrices.

Los dos residentes en Os Castros ingresaron en prisión provisional sin fianza dos días después de suceder los hechos, tras pasar a disposición del juzgado que ejercía las funciones de guardia. El representante del Ministerio público demandaba en su escrito de calificación que fuesen sentenciados a seis y cuatro años y medio de prisión, respectivamente. La acusación particular, ejercida por el hombre que casi muere, demandaba para su agresor una condena de ocho años de cárcel, nueve años de alejamiento y el abono de una indemnización de 28.700 euros.

Finalmente, el tribunal de la Audiencia Provincial le impuso al sospechoso que atacó a su compañero de piso con un cuchillo de cocina y un palo el abono de una indemnización a la víctima de 320 euros por los días que estuvo incapacitado y de 3.000 euros por las secuelas. A su vez, el afectado deberá pagar a su agresor 4.500 euros por las secuelas que le produjo al clavarle la navaja. Ambos tendrán que abonar al Sergas los gastos que le ocasionó la atención sanitaria de la persona a la que agredieron.