La Fiscalía reclama veinte años de prisión para el acusado de asesinar a su suegra en Monte Alto

El procesado y su excompañera sentimental mantuvieron una relación que se fue "deteriorando". En 2016, el sospechoso fue sentenciado por un delito de malos tratos a su pareja. Tras cumplir la pena que le impusieron, ambos volvieron a salir y a convivir en una vivienda de As Atochas, en la que también residía un hijo que tenía la mujer de una relación anterior. La pareja tuvo una hija, que cuando presuntamente su padre asesinó a su abuela delante de ella tenía 21 meses. El carácter "violento" del sospechoso, según la acusación particular, provocó que la relación cesase en varias ocasiones hasta que entre los meses de junio y julio del año pasado la mujer se instaló "de manera estable" con sus dos hijos en casa de su madre, en Monte Alto.

"Siguieron viéndose ocasionalmente. El acusado se relacionaba con su hija de acuerdo a su expareja, pero el trato entre ambos se fue enturbiando y las visitas a la niña se hicieron más conflictivas", indica la Fiscalía en su escrito de calificación, en el que advierte de que el procesado comenzó "a hacer gala de una manifiesta inquina" contra su suegra, a quien culpabilizaba de la ruptura. El 20 de agosto de 2017, siempre según señala la fiscala, la mujer publicó una fotografía con otro hombre en redes sociales, lo que provocó "la ira" del imputado, quien "enfurecido y siendo plenamente consciente de sus actos, decidió acabar con la vida de la madre de su expareja".

Entonces, sobre las seis de la tarde, se dirigió a la vivienda de la víctima, donde estaba ella con su nieta. Cuando le abrió la puerta, el procesado comenzó, de forma sorpresiva, a golpearla "brutalmente por todo el cuerpo, sobre todo en la cabeza". Ambas acusaciones inciden en la "evidente desproporción física" entre ambos, pues el acusado tiene 43 años y mide 1,80, mientras que la víctima, de 73 años, medía 1,50 y pesaba 53 kilos, lo que hizo imposible "cualquier atisbo de defensa". Tanto el Ministerio público como Reboredo señalan que le propinó "numerosísimas patadas y puñetazos por todo el cuerpo", tal y como consta en la autopsia, que refleja la pérdida de piezas dentales y la fractura de costillas, entre otras lesiones. La acusación particular apunta que, de esta forma, aumentó "de forma deliberada e inhumana el sufrimiento de la finada". La víctima falleció por estrangulamiento, según los informes forenses. Tras la "salvaje agresión", presuntamente cometida en presencia de su hija, abandonó el domicilio con la niña.

La representante de Ministerio público señala que el presunto asesino está diagnosticado de toxicomanía, síndrome ansioso depresivo y trastorno mixto de la personalidad. "Dicha patología no afectó en absoluto a su voluntad ni a su capacidad de comprensión de los hechos descritos y de sus consecuencias", subraya la fiscala.

En los meses previos a que el cadáver de la víctima fuese encontrado por su hija tendido en el suelo de su vivienda de la calle Gerión, el imputado envió mensajes intimidantes que figuran en el sumario del caso. "Si tengo que subir o ir a buscar a los niños a esa casa, seguramente presencien cómo se le da muerte a un animal viejo y rabioso", escribió un mes antes. Tan solo unas horas después de abandonar el piso el día del asesinato, le envió a su expareja un correo en el que se podía leer: "Ya sabes que no soy como la Esteban, yo por mi hija mato de verdad".

En los primeros emails, el sospechoso le dijo a su excompañera sentimental que estaba vinculado a la secta Hermanos Satánicos: "Mis hermanos me dicen que sacrifique y mate a tu madre para que pague por todo lo que ha hecho".