Las ayudas de emergencia social que concede la Fundación Emalcsa a través de su programa A Flote impidieron durante 2017 que 78 familias perdieran las viviendas o habitaciones que tenían alquiladasA Flote. Así figura en la evaluación de esta iniciativa realizada por la entidad, en la que se detalla que de las 197 ayudas que se entregaron el año pasado, 166 se destinaron a pagar mensualidades atrasadas de alquileres.

De ese grupo de ayudas, en 78 casos se evitaron situaciones de riesgo o amenaza de desahucio, 45 de las cuales aún no contaban con una notificación judicial, mientras que en otras 33 ya se había recibido. A los primeros, la asistencia prestada les permitió el acceso a una nueva vivienda o habitación en régimen de alquiler. La Fundación Emalcsa estableció como una de sus prioridades en este programa la actuación en los casos de riesgo de desahucio, ya que si no fuera por la rapidez que permite A Flote, no sería posible intervenir a tiempo para hacer frente a las deudas que mantienen los solicitantes.

El programa A Flote distribuyó una cantidad total de 104.762 euros, con un importe medio de 531,80 euros, y el número de beneficiarios directos fue de 179, inferior al de las ayudas porque algunos de ellos recibieron más de una, mientras que el total de personas a las que se prestó asistencia fueron 363, de las que 131 eran menores y 53 personas con las que convivían los perceptores de la ayuda.

Hasta el año pasado, los fondos que se emplean para desarrollar este programa procedían casi en exclusiva de la empresa municipal de aguas, Emalcsa, aunque en ese ejercicio se incorporó a la iniciativa Inditex, que facilitó una "importación aportación económica" durante 2017 y la mantendrá el presente y el próximo.

A Flote A Flotefue creado en mayo de 2016 mediante un convenio entre la Fundación Emalcsa y el Concello como un programa de integración social para personas y familias consistente en la entrega de prestaciones que están vinculadas a la realización de itinerarios de inserción social. La puesta en marcha del programa fue justificada por el aumento de la demanda de asistencia que recibían los servicios sociales municipales, así como por la mayor complejidad de las situaciones de precariedad de las personas que solicitan las ayudas.

Tras el desarrollo del programa durante 2016, el Concello optó por mantenerlo al año siguiente al constatar la pervivencia de las consecuencias de la crisis en muchas familias. A Flote mantuvo durante 2017 su doble carácter, ya que no solo proporcionó ayudas en casos de emergencia social que no pueden ser solventados por los servicios sociales públicos, sino que además actuó como programa piloto para conocer y evaluar las posibles deficiencias del sistema para corregir las medidas que se aplican o introducir otras nuevas

Según figura en el balance del programa de 2017, la Fundación Emalcsa considera que aún es necesario mantener este tipo de ayudas como complemento a las que se ofrecen desde la Administración con el fin de evitar la desprotección por el incumplimiento de requisitos formales o de procedimiento.

La entidad destaca que A Flote proporciona "actuaciones urgentes y necesarias plenamente coordinadas con los servicios sociales municipales", ya que el Concello realiza la gestión administrativa y social de las prestaciones, además del asesoramiento a los beneficiarios mediante una trabajadora social y el seguimiento de las iniciativas de inserción puestas en marcha, que concluyen con una evaluación y una propuesta de mejoras.

El balance de actuación del programa refleja que el 51% de las ayudas concedidas permitieron saldar deudas de mensualidades de alquiler de viviendas o permitieron el acceso a una. Un 30% permitieron el alquiler de una habitación o el pago de la deuda contraída por un arrendamiento de este tipo, mientras que un 19% sirvieron para abonar fianzas de una vivienda o una habitación de alquiler.

Aunque la mayoría las ayudas concedidas eran para el pago de deudas de alquileres, A Flote también hizo posible resolver los problemas creados por la falta de recursos para hacer frente a otro tipo de gastos. Según el balance del programa, la Fundación Emalcsa proporcionó 22 ayudas para los gastos generados por mudanzas, adquisición de equipamiento para el hogar, pago del Impuesto de Bienes Inmuebles o trámites en gestorías. En este capítulo figura también el de una familia que procedía de un asentamiento chabolista y que por un problema circunstancial debía la mensualidad de una hipoteca que mantenía al corriente de pago desde hacía diez años.

A este tipo de casos se suman otros en los que las ayudas se destinaron a situaciones no relacionadas con la vivienda habitual, que solo fueron 16, de forma que se consideran excepcionales. La Fundación Emalcsa detalla que para resolver estos problemas el Concello acostumbra a intervenir en colaboración con entidades sociales, Cáritas en la mayor parte de los casos, pero que la gestión presupuestaria impedía canalizar las subvenciones necesarias para prestar la atención necesaria a esas personas.

Mediante estas ayudas se facilitaron gafas, arreglos bucales y prótesis, medicinas, vacunas, alimentos infantiles, documentos oficiales, ropa, calzado, cocinas, electromésticos, recibos de suministros, reparaciones y otro tipo de gastos.