La plaga de picudo rojo amenaza a las palmeras de A Coruña y la necesidad de proteger los ejemplares ha llevado a la Concejalía de Medio Ambiente a combatirla con un sistema "bastante curioso e innovador", según la edil María García: un medidor sísmico que detecta el ruido y la vibración que provoca este insecto y alerta de su presencia antes de que se convierta en una plaga. Este aparato de detección precoz cuenta con unos sensores que detectan al picudo cuando muerde la palmera para alcanzar su núcleo. El escarabajo en estado larvario se introduce en el tronco y muerde los tejidos vegetales para alimentarse de la madera iniciando así la destrucción de la especie.

Los movimientos de estos insectos y los ruidos que emiten serán detectados por estos aparatos, que el Ayuntamiento comenzará hoy a colocar en las palmeras de los jardines de Méndez Núñez, la Rosaleda y la Ciudad Vieja. El sistema recogerá los datos de todas las palmeras y, en caso de presencia del picudo rojo, los enviará a una central mediante wifi o por Bluetooth . Cuando los sensores encuentren una coincidencia con las ondas que hace el picudo al morder el tronco de la palmera, el sensor avisará del ataque que está sufriendo la planta. Con este sistema se utiliza la tecnología para ir monitorizando cuestiones ambientales, en este caso la evolución de un insecto que se reproduce a una velocidad pasmosa y puede destruir la variedad de palmeras si no se frena a tiempo.

El Ayuntamiento no tiene constancia de cuántos ejemplares están afectados, por lo que implantará el dispositivo con carácter preventivo para tener un sistema de alerta temporal que permita actuar a tiempo. Solo una palmera en la ciudad, que no está en los jardines, sino en una finca privada lejos del centro, está siendo estudiada al ser la única que se sabe que está afectada por el picudo.

"Lo primordial es encontrar la colonización de la plaga para eliminarla", según la edil. El primer paso es instalar las redes de vigilancia para inspeccionar las palmeras de manera visual. Aunque lo innovador de este sistema es que la nueva tecnología ayuda a obtener más información y a ser más eficientes. "Tenemos que estar atentos para vigilar las palmeras y captar una posible invasión, pero hay que ir más allá", señala la concejala. Después de la acción de vigilancia, se hará un tratamiento preventivo que consiste en no podar las palmeras fuera de su época porque puede atraer al insecto. Es importante que no queden heridas en el tronco que ayude a la introducción y colonización de los insectos.

La eficiencia del sistema sísmico radica en su capacidad para detectar todos los movimientos del picudo, incluso de larvas de un centímetro, y excluir las vibraciones naturales del viento y la lluvia.

Una vez detectada una invasión, se estudian los radios de un kilómetro por si existiera algún elemento más afectado. Finalmente, se escogerá el método de eliminación de la plaga. Algunos incluyen productos químicos por medio de aplicaciones aéreas, inyecciones de nuevos parásitos en el tronco, o mediante la combinación de extractos botánicos de quinoa, ficus y aceites vegetales. "Pero lo fundamental es actuar rápido para evitar que las palmeras puedan ser afectadas por el picudo rojo y haya que recurrir a esos procedimientos", sentencia García.