- Participó en la mesa redonda con el título Democracia, ¿cómo y para qué ? ¿Cómo es este nuevo sistema?

-El sentido de la democracia es cada vez más vincular la ciudadanía a las decisiones de gobierno. Yo diría democracia con la gente y para la gente. Lo más importante es que se está marcando una agenda global que involucra a los ciudadanos cada vez más. Ya no hay gobiernos iluminados o que creen que tienen la solución para todos sino gobiernos capaces de generar espacios de diálogo y de toma de decisiones para la ciudadanía.

- Por una parte, los políticos tienen que asumir ser controlados por los ciudadanos.

-No solo lo soporto sino que lo promuevo. Buscamos políticos que entiendan las dinámicas de la ciudadanía y abrir espacios, casi diría hackear un sistema, mejorarlo para que esté al servicio de la ciudadanía. En mi caso, es ponerme del lado de la gente para ver lo que se puede requerir de un gobierno para hacerlo. Hay que estar en la vanguardia y esto significa reconocer a la ciudadanía como protagonista.

- La otra parte es la de los ciudadanos, ¿están preparados para asumir esta responsabilidad?

-Cada vez hay más decisión, herramientas y voluntad. Estamos en ese camino pero nos falta a todos, por supuesto, muchísimo. En Nariño, por ejemplo, tenemos quince herramientas diseñadas para que la ciudadanía haga un control al gobierno. Una, por ejemplo, para el presupuesto y la contratación. Y esas herramientas aún no han sido apropiadas por la ciudadanía. Ese el reto fundamental: encontrar más gobiernos dispuestos a esta nueva democracia y más ciudadanos dispuestos a asumir esta responsabilidad que es casi la de hacer un ejercicio de participación plena y abierta.

- ¿Es más difícil poner en marcha estructuras participativas en su territorio, con necesidades básicas como infraestructuras, o en un lugar como A Coruña, con esos servicios cubiertos?

-Lo primero es la voluntad política para que exista este tipo de dinámicas de gobierno. Todavía hay resistencia por parte de muchos políticos. Así que, lo primero es tener voluntad política y se puede tener en un escenario como el de A Coruña como en uno tan complejo como Nariño. Aunque es mucho mas difícil donde todavía hay debate y se habla en términos de resolver lo básico y fundamental en pleno siglo XXI. Por ejemplo, te plantean en un debate en la asamblea departamental, en el poder legislativo de allá, '¿usted va a invertir para que haya internet allá y no que haya agua potable?'. Es el reto de asumir lo que todo gobierno debe asumir pero, además, dejar planteados unos temas que estamos convencidos que son de vanguardia en el mundo y que implicará también cerrar otro tipo de brechas.

- ¿En poco tiempo se extenderá a muchos más lugares?

-Es un tema de vanguardia: la invitación que hay que hacer a todos los gobiernos a apostar por algo que es lo que la ciudadanía va a requerir. Estoy convencido de que en muy pocos años esto que hoy hablamos como vanguardia será elementalidad, como la de no robar.

- ¿Para que estas iniciativas sean duraderas tienen que llevar aparejadas normativas?

-Hay dos temas. Uno, la voluntad política, que tiene que ir acorde con las políticas públicas que esto requiera, pero lo segundo, y más importante, es la apropiación de la ciudadanía. Puedes hacerlo vía normatividad, para que haya unas reglas del juego, pero lo más importante es que la ciudadanía sea la partícipe, la protagonista. Puedes tener muchas herramientas pero sin la fuerza de la ciudadanía. Eso sí, la normatividad permitirá que esto perdure en el tiempo.

- ¿Ha aumentado la implicación de la ciudadanía en Nariño?

-En Nariño ha venido dándose una creciente participación ciudadana pero lo que estamos haciendo nosotros ahora es el gobierno más participativo en la historia de Colombia. Con el presupuesto participativo esperamos llegar a 100.000 ciudadanos de los 64 municipios. Es un reto inmenso que esperamos logre perdurar. Este tipo de ejercicios van cada vez más empoderando a los ciudadanos y vinculando cada vez más al gobierno. Pero el camino es muy largo.

- ¿Cómo ve el modelo de esta ciudad?

-Primero, reconozco la voluntad política, este tipo de espacios no se dan sin que estén metidos en esta dinámica de generar espacios de encuentro. Lo segundo, tengo entendido que tres millones de euros se destinan en cada ejercicio a presupuestos participativos que, para un municipio de este tamaño, está muy bien. En nuestros 64 municipios, en cuatro años, se invertirán siete veces más de lo que ustedes invierten. Tengo que felicitar este tipo de iniciativas que si duda nos lleva cada vez más al protagonismo de la gente.

- ¿Cuál es el futuro de este tipo de mecanismos?

-El futuro que nos queda son políticos que entiendan a los ciudadanos y que avancen a su ritmo. Las sociedades avanzan más que las normatividades por eso necesitamos que nuestros gobiernos vayan dando respuesta ágil a la inquietud de la ciudadanía. Nuestra democracia es muy distinta a la de hace 25 años. Solo el tema de los móviles implica una participación de la gente mucho más cotidiana, de respuesta rápida y significa que tienen que estar en total sincronía con las necesidades de la gente.