Durante el año pasado, 66 vuelos fueron desviados en Alvedro al no poder tomar tierra, según los datos oficiales facilitados por el gestor de los aeropuertos y navegación aérea (AENA). Eso implica que 132 trayectos se vieron afectados, ya que, si los aviones no aterrizan en el aeropuerto de A Coruña tampoco pueden salir de él para su próxima ruta, algo que merma la estadística de su actividad a final de año. En total, la plataforma Vuela Más Alto estima que más de 17.000 viajeros se vieron afectados. La cifra sube si, en la cuenta, no solo se recogen los datos de los vuelos desviados sino también de los cancelados, que ascienden a 90.

Es una cifra inferior a la de 2016, cuando Alvedro llegó a sus peores registros, con 166 vuelos desviados. Una de las razones que explican esta reducción en los desvíos es, precisamente, que en octubre de 2017, Enaire puso en funcionamiento los nuevos límites del ILS, algo que ayudó a los pilotos a tener lecturas del radioaltímetro más ajustadas a la realidad.

La cabecera natural del aeropuerto de Alvedro es la 21, que es la que más se utiliza, aunque, cuando hay condiciones adversas para realizar el aterrizaje, como que el viento sople en la misma dirección en la que va el avión -esta maniobra ha de hacerse con el viento en contra- los pilotos pueden intentar tomar tierra por la 03, la más cercana al monte Xalo, entonces, tienen que hacerlo sin ayudas, de modo que tienen que guiarse por lo que pueden ver desde el avión.