Los vuelos de prueba realizados a finales del mes de mayo en el aeropuerto de Alvedro para saber si se puede utilizar la aproximación por satélite en la cabecera 03, la más cercana al monte Xalo, han dado "resultados satisfactorios", según indicaron ayer a este diario fuentes de Enaire. Es por ello por lo que, el gestor del espacio aéreo español prevé que las ayudas al aterrizaje por esta cabecera puedan entrar en funcionamiento en 2019.

La puesta en marcha de este nuevo sistema de aproximación a la pista tiene como objetivo evitar los desvíos que se producen en la cabecera sur cuando las condiciones de visibilidad son adversas.

"Se espera iniciar este verano los trámites relativos al estudio de seguridad correspondiente, parte previa y esencial para la puesta en servicio de la solución. Si todo se desarrolla sin complicaciones, podríamos disponer de ella en 2019", indicaron ayer fuentes de Enaire.

Pero ¿en qué consiste el sistema de coordenadas? Los expertos encargados de aplicar medidas para frenar los desvíos en Alvedro decidieron que para la cabecera 03, lo más efectivo sería hacer como "un carril" marcando puntos en la ruta que todos los pilotos puedan meter en su plan de vuelo para poder aproximarse a la pista sin que interfieran en su camino los obstáculos del monte Xalo.

Este sistema marca unas coordenadas, por las que deben pasar las aeronaves para tomar tierra, aunque los pilotos no puedan ver claramente la plataforma de aterrizaje y casi automatiza la maniobra, ya que los pilotos la harán siempre igual.

Actualmente, en la cabecera 21, la más cercana a la ría, hay un sistema antiniebla, que es el ILS, es la cabecera natural de Alvedro, la que más se utiliza, aunque algunas veces, por condiciones adversas, no se puede utilizar, como, por ejemplo, cuando el viento sopla fuerte a favor del movimiento del avión cuando va a aterrizar.

Esa maniobra debe hacerse con el aire en contra. Entonces, los pilotos pueden intentar tomar tierra por la otra parte de la pista, la que está más cercana al monte Xalo. En este punto, sin embargo, deben realizar la aproximación guiándose por lo que pueden ver desde la aeronave, ya que no cuentan con aparatos externos al avión que les proporcionen información adicional para poder aterrizar.

Para evitar la sangría de pasajeros de la que adolece Alvedro por la falta de ayudas instrumentales a la navegación, Enaire pondrá en funcionamiento a partir del 16 de agosto dos modificaciones en el punto en el que los pilotos tienen que tomar la decisión de si siguen adelante con la maniobra o si la abortan. Es una bajada de diez pies, que equivale aproximadamente a tres metros, para cuando el ILS funcione con la categoría I, y de 33 pies -unos diez metros- para cuando lo haga en condiciones de casi nula visibilidad, que es cuando se activa la categoría II.

Es la segunda bajada de estos puntos que Enaire aplica desde octubre de 2017, ya que considera que los radioaltímetros ofrecen una lectura incorrecta en las coordenadas establecidas. La plataforma Vuela Más Alto indica que, en algunas ocasiones, estos aparatos dan la alerta de que el piloto debe decidir si puede aterrizar o no a la altura de Montrove, en lugar de hacerlo en las inmediaciones de la AP 9.

"Enaire tiene el compromiso de buscar e implementar todas las soluciones viables para mejorar la accesibilidad al aeropuerto de A Coruña, y con esa premisa ha trabajado para poner en servicio esta solución cuanto antes. Hay que destacar que las compañías que operan allí se han implicado de tal forma que el esperado éxito será de todos y para todos. En el caso concreto de la pista 21 seguimos trabajando en medidas adicionales que pudiesen implantarse en el corto plazo", indican fuentes del gestor del espacio aéreo español.