El traslado de Repsol al puerto exterior sufre un nuevo retraso y además de carácter considerable, ya que la entrada en funcionamiento de las nuevas instalaciones portuarias de la compañía no se producirá hasta octubre de 2019, cuando el proyecto inicial era que lo hubieran hecho el pasado mes de abril, lo que supondrá una demora de un año y medio con relación a los planes establecidos en 2013.

La compañía energética anunció ayer que adjudicó a Sacyr Construcción el contrato para ejecutar la obra civil marina necesaria para la descarga de crudo en punta Langosteira, que tendrá un coste de 25,4 millones de euros e implicará la construcción de un pantalán para el atraque de los petroleros, trabajos que Repsol prevé comenzar a finales de este año. Pero el plazo establecido para la ejecución del proyecto, que es de 16 meses, comenzó con la adjudicación del contrato, ya que ahora se desarrollarán actividades de ingeniería previos a las obras, por lo que las instalaciones deberán estar terminadas en octubre de 2019.

El acuerdo firmado hace cinco años entre la empresa y la Autoridad Portuaria para el traslado del puerto petrolero a Langosteira fijaba que la primera fase, que solo incluye la terminal de descarga de crudo, estaría en activo en abril de 2018. Los inconvenientes surgidos durante la tramitación del proyecto llevaron al Puerto a anunciar primero que la actividad de Repsol comenzaría a lo largo de este año y posteriormente que sería en los primeros meses de 2019.

Con los plazos anunciados ayer por la firma, habrá que esperar todavía más para disponer del pantalán en el que amarrarán los buques que proveerán de materia prima a la refinería, que podrán alcanzar hasta las 200.000 toneladas a plena carga. Repsol explicó que esa infraestructura se construirá con cajones prefabricados de hormigón armado que se colocarán en el puerto exterior sobre un lecho con forma de escollera. En total serán 20 los cajones que se instalarán y con unas dimensiones notables, ta que tendrán la misma altura que un edificio de diez pisos, mientras que su planta variará entre los 300 y los 750 metros cuadrados.

La licitación abierta por Repsol para adjudicar los trabajos contó con la participación de seis empresas, aunque al tratarse de ofertas muy similares, decidió que el concurso se resolviera mediante una subasta electrónica en la que Sacyr resultó la ganadora.

Para que la terminal de la compañía en punta Langosteira pueda entrar en servicio, también es necesario el poliducto que la comunicará con la refinería, cuya construcción tendrá una duración de doce meses. Repsol trabaja en la actualidad en la tramitación de las licencias de obras imprescindibles para que puedan iniciarse los trabajos, así como en el expediente para la expropiación de los terrenos por los que discurrirá esta conducción, en su mayor parte situados en el municipio de Arteixo.

A pesar de que la empresa tiene la posibilidad de adquirir las fincas para el poliducto de manera forzosa al haber sido declarado el proyecto de utilidad pública, pretende alcanzar un acuerdo con todos los propietarios afectados.

La primera fase del traslado de Repsol al puerto exterior tendrá un coste de 126 millones de euros, cantidad en la que se incluyen la construcción del pantalán y el poliducto, además de las instalaciones necesarias para las operaciones de descarga del crudo, como los brazos de carga, las tuberías y las bombas de impulsión. También forman parte de ese presupuesto los equipos contraincendios y de seguridad que incorporará el pantalán, además de las modificaciones que la empresa deberá realizar en la refinería.

Pero la inversión de la empresa se verá reducida por la entrega por parte del Puerto de 23,9 millones como compensación por abandonar el puerto interior antes del final de la concesión de que dispone, previsto para el año 2027.

La descarga de crudo supone el 60% de la actividad que Repsol lleva a cabo ahora en el muelle de San Diego, en el que se mantendrán el resto de operaciones cuando en octubre de 2019 comience a efectuarse en el puerto exterior. Ni la compañía ni la Autoridad Portuaria han informado sobre sus previsiones para el traslado del resto de instalaciones, aunque a la vista del tiempo necesario para alcanzar un acuerdo y después ejecutarlo, es esperable que permanezcan aún varios años en su ubicación actual.