Las concentraciones masivas para realizar botellón en varios puntos de la ciudad animaron a los afectados en 2007 a llevar a cabo manifestaciones y protestas, por lo que el Gobierno local intentó poner en marcha una regulación del consumo de alcohol en las calles. A mediados de julio de 2008 se implantó la prohibición de vender botellas de licor en tiendas, supermercados y establecimientos similares desde las 22.00 horas, aunque la medida solo consiguió que esa venta se adelantara en el tiempo.

La noche del 10 de julio tuvo un botellón menos concurrido, pero solo por la lluvia y el fin del curso universitario. Hubo que esperar a que se señalizaran las zonas de especial protección acústica para que las reuniones multitudinarias acabaran por trasladarse a los jardines de Méndez Núñez, un lugar donde no causan problemas a los vecinos, aunque sí daños a la zona verde.