La cancelación del vuelo que tenía que traer a 192 pasajeros de Barcelona a A Coruña a las 19.55 horas del lunes trastocó los planes de todos los afectados, algunos de los cuales no podrán regresar a la ciudad hasta hoy, dos días después de su previsión.

Vueling asegura que la causa de la cancelación fue la mala meteorología que había en El Prat y que impidió que los vuelos operasen con normalidad, aunque no se llegó a cerrar el aeropuerto. Enaire explica en sus redes sociales que, debido a la tormenta, se espaciaron los aterrizajes, algo que provocó retrasos en algunos vuelos y, en el caso de Vueling, que 14.300 pasajeros se quedasen en tierra "en toda Europa", 5.000 en El Prat.

Uno de los afectados cuenta que venía de Palermo y que llegó a Barcelona con dos horas de retraso, cuando ya pensaba que no podría coger el enlace con Vueling para volar a A Coruña. Pero al llegar se dio cuenta de que el avión todavía no había salido. Finalmente, los pasajeros embarcaron a las 21.05 horas, pero no consiguieron salir de la pista. El comandante les explicó que, "por problemas legales", no podían despegar y que tendrían que cambiar de tripulación. Un trámite que tardaría en producirse unas dos horas. Los pasajeros estuvieron media hora sentados en el avión, sin recibir más explicaciones de qué estaba pasando ni de cuándo llegarían a su destino, hasta que, al final, la tripulación les dijo que tenían que bajarse de la aeronave. Ante esta nueva situación, los pasajeros, algunos con menores a su cargo, recriminaron al personal de Vueling que les tratase "como ganado".

Los viajeros tuvieron que desandar el camino para llegar al mostrador de Vueling donde, según cuentan los afectados, no les supieron dar información sobre cuándo podrían volar a su destino. La compañía reubicó a al menos una persona y, a los demás les dio tiques de comida y una noche de hotel a una hora en autobús del aeropuerto. Esos viajeros denuncian, además, que se enteraron a través de la aplicación móvil de Vueling de su reubicación y algunos se llevaron la sorpresa de que su marcha de Barcelona estaba programada para el miércoles.

Fuentes de Vueling aseguran que sus operadores trataron cada uno de los casos de manera individualizada, de modo que algunos afectados aceptaron, ante el ofrecimiento, que su reubicación fuese pasados unos días; otros pidieron volar a Vigo o a Santiago ayer. El vuelo que debía despegar hacia Lavacolla a las 18.50 volvió a retrasar su salida, en principio para las 0.00. Y en el que aterrizó en el aeropuerto de Alvedro a las 21.30, que estaba completo, quedaron finalmente algunas plazas libres. La semana pasada 170 pasajeros se vieron afectados por la cancelación del vuelo de Londres.