Los estudiantes universitarios que vivan a partir de septiembre en la residencia pública universitaria Elvira Bao no tendrán toque de queda pero deberán mantener silencio entre la medianoche y las ocho de la mañana. Estas son dos de las normas que incluye el reglamento de la nueva instalación pública, que se aprobará hoy en el Consello de Goberno de la UDC.

Con un total de 21 artículos, el documento organiza el funcionamiento de la residencia de A Coruña, así como la de Ferrol, estableciendo los derechos y deberes de los residentes así como las sanciones o normas de convivencia. Una de las cuestiones organizativas más destacadas es la creación de un Consello de Residentes, donde cuatro estudiantes, elegidos por el colectivo, estarán representados junto a portavoces de la propia Universidad para la puesta en común de asuntos del servicio.

De las normas más específicas de la vida de los estudiantes universitarias, llama la atención la libertad de entrada y salida de la residencia a cualquier hora, alejado de los toques de queda de otras instalaciones de este tipo, pero la obligatoriedad de respetar el silencio nocturno del centro "y sus alrededores" durante ocho horas.

El acceso a la residencia se hará con la llave de la propia habitación y con una llave o tarjeta de acceso al propio edificio, recuerda la normativa, y el personal de seguridad o los responsables del centro podrán pedir la identificación de cualquier persona ajena al mismo, "cuando haya indicios de que su presencia pueda dar lugar a molestias a los residentes" o cuando "con anterioridad fuera expulsada".

Los estudiantes que estrenen la residencia tendrán también la obligación de pagar las cuotas mensuales y mantener "respecto y consideración" al personal del servicio así como residir "habitualmente" en la habitación y mantener el mobiliario "en perfecto estado". La limpieza será responsabilidad de los universitarios, que podrán recibir "visitas técnicas" que serán anunciadas con siete días de antelación y se realizarán en su presencia. Los defectos registrados así como no cumplir el resto de normas podrán provocar sanciones de tipo leve o grave que pueden suponer la expulsión temporal o definitiva de la instalación pública.

A la espera de que se sepa quiénes serán los primeros 90 alumnos de la residencia, los solicitantes ya pueden ver a qué atenerse si finalmente viven durante su curso universitario en el centro de la calle Míster Archer Milton Huntington.