Buceo, padle-surf, snorkel o fotografía submarina son algunas de las actividades que cuatro niños saharauis realizan en el campamento multideporte organizado por el Club del Mar de San Amaro. "Este campamento está muy relacionado con el mar y el primer contacto que tuvieron con el agua fue en la piscina. No sabían nadar, pero se metieron sin miedo y comenzaron a bucear como si llevaran toda la vida. Le echaron mucho valor", comenta la monitora del campamento, Eva Seoane.

Algunos niños ya habían pasado veranos en A Coruña con sus familias de acogida. Para otros, este verano es la primera oportunidad que tienen de venir a España, pero para todos, es el primer año en el que pueden disfrutar de una beca para asistir al campamento de Club del Mar. La iniciativa surgió a través del club y las familias socias, que querían que sus niños pasaran en A Coruña un verano diferente rodeados de nuevas oportunidades. "Nos pusimos en contacto con la Asociación para la Solidaridade Galega co pobo Saharaui y firmamos un convenio de colaboración, porque es una experiencia muy positiva para fomentar la inclusión social y el valor de las culturas", explica el presidente de Club del Mar de San Amaro, Ángel Garmendia.

El objetivo del convenio es la colaboración entre las dos partes en acciones encaminadas a dar visibilidad social, deportiva, cultural y ciudadana. Al ser el primer año que se realiza la iniciativa, se convocaron siete becas para ver la acogida de la propuesta. Tres familias se interesaron y solicitaron cuatro plazas para que sus niños pudieran disfrutar del campamento. "Como cambió la directiva del club y estaban volcándose en proyectos solidarios, decidimos proponer la iniciativa desde la Asociación para la Solidaridade Galega co pobo Saharaui, y la aceptaron", cuenta la presidenta de la asociación y madre de acogida, Belén Pedrera.

El campamento comenzó el martes 17 y finalizó el viernes 27. En estos diez días los niños han llegado al recinto a las nueve de la mañana y a las diez comenzaban las actividades. Hasta las dos realizaban actividades de agua y deportes como bádminton o tenis de mesa. Algunos días han ido a escalar al rocódromo de Ártabros o han disfrutado de esgrima, rugby o laser-run. Tenían dos horas para comer y de cuatro a siete continuaban con los deportes. También han hecho salidas culturales como la visita a la Casa del Hombre, Afundación o a la Casa de los Peces. Los niños que han participado tienen entre 7 y 14 años y estaban divididos por grupos según la edad. Aunque a las excursiones iban todos en grupo y a la hora de la merienda y tiempo libre también se juntaban.

Los niños del Sáhara han sido bien recibidos por los coruñeses, que se han esforzado por comunicarse con ellos, a pesar del inconveniente del idioma, ya que algunos hablan muy poco castellano y otros ni siquiera lo conocen. "Todos se han integrado muy bien y están viviendo experiencias nuevas, así como el aprendizaje de diferentes culturas. Es muy enriquecedor, porque están creciendo en valores como la solidaridad y el compañerismo, y eso es muy importante", cuenta Seoane.

"Único para los niños"

Las familias de acogida están muy contentas porque ven a los niños disfrutar y descubrir actividades nuevas. "Esto es único para los niños, ya que estas oportunidades allí no las tienen y sin esta iniciativa es difícil que hubieran conocido alguno de los deportes que están practicando", afirma Pedrera, que lleva cuatro años acogiendo a un niño y este año ha abierto las puertas de su casa a una niña. El niño ya sabe hablar un poco en castellano, pero la niña, al ser el primer año que viene a España tiene más dificultades. Aunque el idioma no es un inconveniente para comunicarse, porque "son niños muy listos y muy agradecidos, se adaptan muy bien a las costumbres, y tienen disposición a ayudar en todo", explica.

Otras familias que tienen a sus hijos de acogida en el campamento también están satisfechas con la iniciativa, según afirma Pedrera. "Hablo con otras madres y están encantadas, porque sus niños están entretenidos y conocen a los de aquí, que les ayudan con el idioma e intercambian culturas, hacen amistades y luego tienen contacto cuando van al club después del campamento, o se encuentran por el barrio".

El campamento está obteniendo buenos resultados y el club asegura que las futuras ediciones serán más exitosas, porque vendrán más niños. "Seguiremos apostando por esta iniciativa porque es una experiencia muy positiva y estamos muy contentos", concluye Garmendia.