Las bases del concurso de ideas que en el primer trimestre del próximo año decidirá la transformación de la fachada portuaria de la ciudad se apoyan en cinco principios genéricos de actuación sobre los que se desarrollarán iniciativas concretas, y que coinciden con los criterios con los que el jurado primero y los ciudadanos después evaluarán las propuestas que se presenten. Uno de esos criterios es el de la mejora de la movilidad tanto en los muelles como en el frente urbano de la zona, para la que el pliego que regirá el concurso, que se aprobará el lunes en la Junta de Gobierno Local, resalta la necesidad de convivencia entre medios de transporte y de que el puerto se conciba como "un intercambiador de transporte" que facilite las actividades productivas asociadas a sus terrenos.

En torno al principio de la mejora de la movilidad y la accesibilidad las bases del concurso apuntan a la "reprogramación" de la actual infraestructura ferroviaria del muelle de San Diego y a la "complementariedad" entre los medios de transporte coincidentes en el borde litoral y el proyecto en marcha de la estación intermodal de San Cristóbal. Sin señalar actuaciones ni modos de desplazamiento específicos, el pliego alude a la posibilidad de reordenar el actual borde urbano como "corredor de múltiples medios de transporte y movilidades", tanto de los ya existentes como de otros que sean propuestos. En la misma línea propone la mejora de maniobras (giros, cruces, trenzados) o "sencillas modificaciones".

La sostenibilidad es otro criterio clave en el que se deben cimentar las propuestas del concurso para la fachada marítima, con diseños que enlacen el arco que forma el puerto -del dique de abrigo a los muelles de Oza y desde la lámina de agua hasta los edificios que recorren la zona- con el corredor verde de la ría de O Burgo y la infraestructura verde metropolitana. Tendrán que ser ideas que apuesten por la eficiencia energética, la economía circular con la reducción al mínimo de la generación de residuos, el reciclaje de instalaciones y servicios y la adaptación ante los efectos más previsibles del cambio climático.

Otro de los criterios que primará en la evaluación de las propuestas es el modelo económico desarrollado en el borde litoral, con usos vinculados a la ciudad misma y a la comarca y a actividades que dependen del puerto como intercambiador de medios de transporte. Aquí tendrá relevancia la mejora de usos relacionados con el sector pesquero y la introducción de actividades limpias y generadoras de empleo y riqueza para A Coruña y su área de influencia, así como proyectos de innovación y planteados en las economías verde y azul.

De un modo más genérico, las propuestas deberán también reflejar una estrecha asociación entre las actividades característicamente portuarias con las más circunscritas a la ciudad, bien con transiciones de unas a otras con la generación de situaciones intermedias y compartidas, bien con la integración de espacios libres y equipamientos públicos, o a través de vínculos inmediatos entre puntos geográficos para mejorar las interacciones sociales.

La participación ciudadana, reclamo con el que el Gobierno local justifica la razón de ser de este concurso sobre el borde portuario y su propia resolución, constituye el otro pilar que recogen las bases. Participación como proceso inclusivo en el que los vecinos son protagonistas de los usos y de las actividades propuestas, basado más bien en "sucesión de pequeños cambios" o en la posibilidad de "modificar el rumbo de la transformación hasta revertirla", con "condiciones más favorables de autorregulación", según apuntan las bases.

Los criterios del proceso vienen a coincidir con las conclusiones del foro Tecendo Litoral, organizado el pasado mes de abril por el Ayuntamiento, a su vez muy parecidos a los principios con los que se convocó el simposio. Con estos principios el Gobierno local pone en marcha un concurso en el que los aspirantes tendrán un plazo de tres meses para elaborarlas. Primero un jurado experto y después ciudadanos a través del canal municipal de participación A Porta Aberta decidirán cómo debe transformarse la fachada marítima de la ciudad. El jurado elegirá las cinco mejores iniciativas, que premiará con 25.000 euros cada una, sobre las que a continuación votarán los vecinos según las respuestas que den a cinco preguntas vinculadas a los propios criterios del concurso. El Concello prevé que el proceso concluya en el primer trimestre de 2019.