Mamen Moreu publica semanalmente en El Jueves, ilustra y edita sus propios libros de historietas, con un humor cotidiano con el que resulta fácil sentirse identificado.

- Además de historietista es ilustradora. ¿Cree que al trabajo del ilustrador se le sigue dando poco crédito?

-Sí, fuera del mundo de los dibujantes se valora poco. La gente piensa que estás haciendo dibujitos todo el día. Si te diviertes haciendo tu trabajo se tiende a pensar que no tienes ni por qué cobrar, sobre todo desde fuera del mundo del cómic. A veces te preguntan de qué vives, y se sorprenden de que se pueda vivir de ello.

- ¿Realmente se puede?

-Yo ahora mismo vivo de ello. Trabajo para El Jueves, y tengo un sueldo al mes. Es cierto que depende de para quién trabajes, y esto es algo de lo que me quejo mucho, hay veces que te pagan tres meses después. A veces tienes dinero, otras no, es muy inestable. No puedes hacerte una idea de lo que vas a poder gastar al mes. Yo trabajo como ilustradora, doy charlas, preparo talleres para niños, un poco de todo.

- Hace humor gráfico en El Jueves , un medio que ha tenido sus polémicas por este tipo de contenido. ¿Son ahora menos libres a la hora de dibujar?

-Estoy hasta las narices de la corrección política. Se están dando situaciones absurdas. Un compañero caracterizó a los miembros de La Manada como si fueran cerdos, y la gente se quejó porque ¡pobres cerdos! Yo creo que no debería haber censura de ningún tipo, la censura está en la cabeza de la gente. A mí hay chistes que me parecen una mierda, pero no tengo por qué censurarlo, no lo leo y ya está. El humor machista me da asco, pero no voy a pedir la cabeza de quien lo hace. Yo sí me corto un poco a la hora de subir cosas a redes, porque no me apetece dar explicaciones a la gente.

- ¿Sigue estando el humor gráfico reservado a los hombres?

-La verdad es que ha cambiado mucho. Cuando yo empecé en esto era una locura. Fui la tercera mujer en dibujar en El Jueves, y me empezaron a agregar un montón de tíos al Facebook. La gente alucinaba: ¡Oh, una tía en el cómic, y dice burradas! Sí, era un humor que parecía reservado a los hombres, por eso empecé a dibujar, yo quería ver a una protagonista femenina en ese registro. Quería ver tías haciendo el gamberro. Ahora hay cada vez más autoras que hacen humor gráfico, más cafres que yo, como Ana Belén Rivero o Irene Márquez.

- Algunas de sus obras, como Desastre y Resaca , invitan a la gente a sentirse identificada. ¿Cree que ahí reside su éxito?

-Sí, creo que la narrativa que hago funciona muy bien. Estoy orgullosa de mi última obra, la gente se siente identificada porque son cosas que han podido vivir. Rupturas laborales, amorosas y de todo tipo, todo el mundo ha pasado por ello. La gente cuando viene a las firmas me lo dice, y eso me gusta mucho.