Proxecto Cárcere ha iniciado una campaña de recogida de firmas para forzar a las administraciones a que la rehabilitación de la antigua prisión provincial siga avanzando. Llevan 200 desde el sábado, que fue cuando una pequeña parte de las instalaciones se abrió al público después de siete años de abandono.

El colectivo encargado de la gestión del espacio abierto a la ciudadanía explica que, desde la fiesta de apertura, pasaron por la vieja cárcel unas 600 personas, entre ellas, antiguos trabajadores y presos, según Mariola Mourelo, una de la portavoces de Proxecto Cárcere. El colectivo solicita "un compromiso real de las instituciones" con la rehabilitación de la cárcel, de modo que se "realicen las obras inicialmente previstas para el verano", entre las que están la reparación del techo del recibidor de la cárcel, y que se han pospuesto para los meses de diciembre y enero. No se olvidan, en Proxecto Cárcere, de la rehabilitación de una de las señas de identidad de la prisión, el panóptico, así como del patio de la izquierda y de las celdas. "La gente quiere visitar la cárcel, quiere ver todos sus espacios", explica Mourelo, ya que, actualmente, apenas están abiertos a la ciudadanía 200 metros cuadrados, por motivos de seguridad.

Proxecto Cárcere también solicita al Gobierno local que facilite la tramitación de los permisos para realizar actividades en las instalaciones y que "se abra un diálogo entre los diferentes agentes sociales, políticos e institucionales sobre diferentes formas de gestión en la ciudad, incluyendo la gestión ciudadana y mancomunada". El Ejecutivo asegura que someterá estas peticiones a la comisión de seguimiento de la que forman Proxecto Cárcere y el Concello para tomar una decisión y adelanta que acudirá a los encuentros que la plataforma quiere mantener con los partidos políticos de María Pita para hablar "del presente y del futuro" del penal.

Fuentes municipales reivindican que fue el Gobierno local de Marea Atlántica quien cerró un acuerdo con el Estado para que le cediese el uso de las instalaciones mientras no se resuelven los recursos judiciales que mantienen el Concello y la Administración central por la titularidad del edificio. "Es voluntad del Gobierno de A Coruña favorecer nuevos modelos de gestión de espacios para la ciudadanía", explican fuentes municipales, y, como ejemplo, ponen el futuro proyecto de las Naves do Metrosidero, en las antiguas dependencias de Comandancia de Obras, o los futuros usos que tendrá el faro de Oza, tal y como anunció la concejal de Participación Cidadá, Claudia Delso, el mes pasado. Los planes municipales dictan que el faro tenga usos sociales y que abra en septiembre.