"Existen prácticas de riesgo, no personas con riesgo", explica Rubén Alexandre, del Sex Point del Comité Antisida Casco. Y es que, existe la falsa creencia de que las personas homosexuales "tienen más probabilidades" de contraer una enfermedad de transmisión sexual, incluso de tener VIH. "Si la práctica más riesgosa es la penetración anal, tiene tanto riesgo para una pareja homosexual como para una heterosexual, digamos que es la práctica, porque, tomando precauciones, no pasa nada", explica Rubén, que contesta, a diario, las preguntas de los usuarios del Sex Point.

"El otro día, una chica me dijo que tenía una amiga que se acostaba con los chicos que vendían en la calle Real, y que a ella le daba miedo, a lo que uno de sus compañeros apostilló que era normal, porque todos los africanos que vienen a España tienen sida", recuerda Rubén. Con información veraz y con datos tuvo que ir desmontando uno a uno los prejuicios de los jóvenes, que se habían creído más de un bulo sobre los inmigrantes y, también, sobre sexualidad.

Y es que las noticias falsas no descansan, llegan por todos lados y se propagan no solo en la pandilla de amigos sino también en las redes sociales. "No podemos tener el prejuicio de que vienen aquí porque tienen sida sino que hay otras muchas razones, pueden ser económicas o que quieren tener una vida diferente. Además, como si aquí no hubiese sida y no se pudiese contagiar", explica Rubén.

En el Sex Point atienden también a usuarios con otros tipos de prejuicios, por ejemplo, contra los trabajadores sexuales. "Nosotros conocemos a muchas personas trabajadoras sexuales que vienen a coger preservativos tanto para protegerse ellas como a sus clientes que, por lo general, tienen muchísimo miedo a que les transmitan el VIH. Y yo quiero romper una lanza en favor de estas personas trabajadoras sexuales porque tienen que ser muy responsables y muy conscientes de que se exponen y por eso intentan minimizar los riesgos más que nadie".

El colectivo LGTBI también está siempre en el punto de mira de los bulos, aunque, a veces, el ansia por no estigmatizar provoca, según Rubén, que las estadísticas no sean fiables al 100%. "Se creó el concepto HSH, de hombres que tienen sexo con hombres, porque es el perfil que más realiza el sexo anal. Eso nació para olvidarnos de las orientaciones sexuales, aunque no es así, porque, al final, se hacen reparticiones en el grupo HSH, heterosexual, hombres y mujeres. Presupongo que si yo fuese HSH, casado y con hijos, no se lo diría a mi médico de cabecera a la hora de hacerme una prueba, así que, me etiquetarían como heterosexual", explica Rubén.

En el Sex Point se hacen todo tipo de preguntas. "Son las mismas que se hacían en el programa En tu casa o en la mía, como, por ejemplo, si practico sexo anal, ¿me puedo quedar embarazada?", dice Rubén, que las considera parte del crecimiento y de la necesidad de aprender de los jóvenes, ya que defiende que la "educación sexual no existe" en España. "Nos quedamos en sexto de Primaria con el aparato reproductor y, después a los doce años, cuando empiezan las primeras relaciones, que son onanistas, tenemos muchas dudas", explica y por eso cree que es importante para los jóvenes, preguntar todas esas cosas que se les ocurran, para no caer en bulos y creencias falsas.

Y no solo en el caso de los más jóvenes, también en el de los que ya han cumplido más años y se encuentran en la situación de tener que tomar la píldora del día después. "Hay gente que piensa que es abortiva. No, abortiva es otra y no te va a valer 20 euros en la farmacia, te va a costar un mínimo de 600", dice Rubén, que cree que es importante "llamar a las cosas por su nombre" y, en este caso, es una "píldora anticonceptiva de urgencia".

Hay bulos también sobre el VIH y cómo se contagia o cómo se puede curar -actualmente es una infección crónica, que se puede controlar con medicamentos, aunque no es posible eliminarla una vez contraída-, pero también sobre las quedadas de hombres para mantener relaciones sexuales y en las que se consumen, si sus participantes quieren, sustancias estupefacientes. Hay quien cree que, debajo de su casa se montan este tipo de fiestas porque vive una pareja gay cuando, realmente, no es así.

"Parece que son unas orgías de la antigua Roma cuando, lo que son es un grupo de amigos que se junta, quien quiere consume y quien no, no lo hace y, después, hay un momento como de asamblea, en el que se decide qué se quiere hacer, porque no es todo sexo en grupo. Se hacen muchos bulos diciendo que no se usan preservativos. No es cierto, quien quiere se lo pone", explica Rubén Alexandre.