El pleno municipal aprobaba el 7 de julio de 2008 la ordenanza que regulaba la práctica del botellón en las calles coruñesas y que establecía una serie de sanciones por el incumplimiento de la normativa. Un mes después se dio a conocer que durante ese periodo se habían impuesto 18 multas, la mayor parte de las cuales habían sido originadas por el ruido generado en estas concentraciones multitudinarias de jóvenes.

Nueve de esas sanciones se aplicaron por gritar o cantar en la vía pública, mientras que otras cinco lo fueron por orinar en la calle , otras dos se impusieron a personas que causaron destrozos en el mobiliario urbano, una por impedir el acceso a portales de edificios y la restante a un establecimiento que vendió alcohol una vez pasadas las 22.00 horas, momento a partir del cual está prohibido hacerlo.

Para entonces el botellón no se practicaba ya en las plazas del Humor y de Azcárraga, los lugares donde la presencia masiva de jóvenes dio lugar a protestas vecinales que derivaron en la declaración de ambos lugares como zonas especialmente protegidas. Los jardines de Méndez Núñez eran ya, y lo siguen siendo, el punto donde se efectuaban estas reuniones, que el Gobierno local descartaba prohibir allí al estimar que no generaban problemas a los vecinos, aunque los daños causados a esta histórica zona verde han hecho que en los últimos años se reclame su declaración como Bien de Interés Cultural para garantizar su protección.