La asociación ecologista Greenpeace ha dedicado los últimos meses a conformar el informe A Toda Costa 2018, que busca analizar todo el litoral español en busca de daños a la naturaleza. Si bien Galicia es, de todo el Estado, una de las comunidades con menor degradación, y la provincia de A Coruña resiste mejor que la de Pontevedra, lo cierto es que, según los activistas, la comarca debe esforzarse en varios ámbitos para frenar la desaparición de la naturaleza y de los beneficios que provoca. "Desde el año 1987 ha aumentado el porcentaje de urbanización, de creación de zonas artificiales", destaca el coordinador de Movilización de la entidad en Galicia, Manoel Santos, que cifra, en la provincia, en siete mil hectáreas la colocación de asfalto o edificios.

Del informe, y dentro de la degradación, lo que más preocupa es la desaparición de vegetación en los cauces de los ríos. Hasta un 22,6%, 1.500 hectáreas, en toda la provincia entre 2005 y 2014 y sin visos de frenarse. Un dato que Santos considera "novedoso y destacado" y cuyas consecuencias son, básicamente, la "desprotección". Tanto los ríos como los regatos se quedan sin su capacidad de desaguar y, cuando se cubren de artificialidad, se pierde incluso la capacidad de filtración del suelo.

Los riesgos de inundaciones, que ya se han sucedido en municipios como Sada o Betanzos, aumentan y aún más si, como apunta el portavoz de Greenpeace, se le añade el cambio climático. "Cada vez se registran más eventos meteorológicos extraños y estamos desprotegidos", denuncia. Pero, además de posibles daños, también se pone en riesgo, apunta, actividades económicas o, incluso, tradiciones. Santos apunta al marisqueo o la pesca como principales afectados, pero también zonas agrícolas, y la "unión" con la costa que se desarrolla entre los gallegos y el mar o los ríos.

El "disfrute" de la propia costa, sin la mano del hombre de por medio, se pierde, alerta, en cuanto se modifica el perfil original de las costas y cauces. En números, el 7,6% de la superficie costera de la provincia está degradada y se ha perdido desde 2005 y hasta 2014 un 1,5% de playas naturales, sin urbanizar. El responsable de Greenpeace afirma que la comarca, por ser de las zonas más urbanas, es la que nota más el paisaje cada vez más de hormigón y la pérdida del verde de la vegetación, como en Culleredo o Arteixo.

Otra de las cuestiones pendientes de la comarca es ya no solo no perder, sino recuperar. La ría de O Burgo es la asignatura pendiente más importante, según el representante de la entidad ecologista. Santos reclama la regeneración inmediata y alerta de que es un "tema fundamental" para la costa coruñesa, para mantener su "forma de vida" y también para conservar la "cultura" de la zona.

Tras casi un año desde que se publicara la declaración de impacto ambiental y sin publicarse el proyecto definitivo, la necesidad de limpieza es urgente, como también lo es un correcto saneamiento del área metropolitana. "La Xunta prometió que en 2020 estaría todo listo pero aún está sin acabar", denuncia el activista.