Los petroglifos de punta Herminia, el exconvento de San Francisco, las murallas de la Ciudad Vieja y también la coraza del Orzán se someterán a un repaso de mantenimiento y conservación durante los próximos meses. El Concello ha sacado a concurso los trabajos, que se tendrán que realizar en un plazo máximo de un año, a partir de la firma del contrato, y con un presupuesto no superior a 41.371 euros.

El Gobierno local ha decidido priorizar la actuación en estos bienes catalogados en el plan general sobre otros que, si bien fueron estudiados, finalmente, se quedaron fuera de la lista de titulares.

Entre ellos, la casona del parque de Eirís [que en el pliego aparece nombrado como fuerte de Valparaíso], también la arqueta romana de la calle de A Franxa, dos hórreos del parque de Vioño y otro de Santa Margarita, así como el molino de viento de este parque. El Concello considera que estos enclaves pueden aguantar todavía un poco más sin someterse a reformas y revisiones, por lo que prioriza las obras en los otros cuatro puntos históricos.

Entre las tareas que tendrá que hacer la empresa concesionaria de los trabajos están: el control de la vegetación, la limpieza de la superficie de los elementos elegidos, el repaso de las juntas de mortero, la limpieza de los sistemas de evacuación de aguas, el mantenimiento de los restos tapados con geotextil, el de las zonas de relleno, la fijación de los elementos que se hayan soltado y también el sellado de las grietas, la limpieza de grafitis que haya en el entorno, así como el acondicionamiento de los caminos que llevan a estos lugares y el cuidado de las construcciones.

En punta Herminia, por ejemplo, el pliego de condiciones restringe las actuaciones a O Altar y A Pena da Brúxula, dos lugares en los que hay dos paneles con grabados rupestres.

En el caso de las murallas, se tienen en cuenta las dos puertas, la de O Parrote (siglo XVI) y la de O Cravo (Siglo XVII), el tramo de San Carlos y la puerta de San Andrés, también el hospital Abente y Lago, del siglo XVI, la puerta de San Miguel, también las dos baterías de A Maestranza, A Ferradura y Santa Bárbara, de los siglos XVII y XVIII y Os Pelamios, del siglo XVII.