El trompetista de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) John Aigi Hurn nunca había sido seguidor de Belle and Sebastian. No iba a sus conciertos, no compraba su discografía y tampoco escuchaba los temas de la banda, cuya existencia desconocía hasta hace apenas cuatro años. Una llamada en 2014, sin embargo, cambió radicalmente la situación, y cruzó el camino del músico con el del grupo de Glasgow. "Me preguntaron si quería tocar con ellos en un concierto en Santiago, porque en las giras solo se llevan los instrumentos imprescindibles y buscan a gente de la zona para los demás. Un violín de la OSG había ido a la universidad con otro que toca con ellos en Inglaterra, y resulta que me recomendó", recuerda el intérprete, que repetía el viernes pasado junto a la banda como parte de su actuación en A CoruñaA Coruñ, dentro del festival Noroeste Estrella Galicia.

Sobre la arena de Riazor, el músico acompañó de nuevo al grupo de Murdoch, en el que fue uno de los conciertos más aplaudidos del festivalconciertos . La formación interpretó las canciones de su último trabajo, How to solve our human problems, así como algunos de los éxitos de sus más de veinte años de vida, un repertorio para el que el trompetista tuvo que estudiar cerca de 80 temas. "Stuart [Murdoch] decide horas antes lo que se va a tocar. Todo es muy espontáneo, así que la semana anterior me enviaron un libro inmenso con todos los temas que tienen con trompeta", cuenta el músico, que asegura que "ni la banda sabe" realmente lo que va a sonar cuando se dispone a salir a escena.

Para la actuación en Riazor, el repertorio estaba parcialmente definido, pero para nada cerrado. Haciéndose eco de la emoción del público, Murdoch cambió el curso de los acontecimientos "a mitad de concierto", provocando que los músicos corrieran por el escenario en busca de los instrumentos que necesitaban para las nuevas canciones. No eran cambios problemáticos, porque los miembros de Belle and Sebastian los tocaban de memoria. Con dos décadas de rodaje, en la banda hay suficiente veteranía para improvisar, y para cambiar pruebas por turismo sin que la diferencia se note en el directo. "La tarde del Noroeste había ensayo, pero se canceló. Querían descansar y ver la Torre, porque era la primera vez que venían a A Coruña", explica Hurn.

La visita al monumento la compartió el vocalista durante la actuación, en la que destacó por su cercanía y hasta se atrevió con el gallego. "No es para nada un divo, es muy agradable. Estuvo hablando conmigo detrás, dándome las gracias por tocar con ellos", dice el trompetista, que acabó participando en alrededor de siete de las piezas del concierto. Interpretarlas como parte de un grupo de pop fue, apunta Hurn, una experiencia muy diferente a la de la Sinfónica. "En la actuación yo era el único viento, y la verdad es que solo oyes lo que suena en tu micrófono. Cuando toco con la OSG siento que es parte de una cosa mucho más grande", explica el músico, que llegaba a la formación hace 25 años, en 1993.

Lo hizo desde Tenerife, donde tocó durante un tiempo bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez, al que decidió seguir hasta la Sinfónica de Galicia. Hoy, ya más que asentado en ella, combina sus escarceos en Belle and Sebastian con el programa de la OSG, que seguirá poniendo música este sábado a las fiestas María Pita A Coruña 2018 con la interpretación de la cantata Carmina Burana. "El reto va a ser amplificarla al aire libre pero, si se hace bien, sonará genial", asegura el músico, que no descarta futuras fechas con el grupo de Glasgow. Por lo pronto, la banda ya ha prometido un regreso, agradeciendo en redes sociales el recibimiento dispensado en A Coruña.