El arquitecto y profesor universitario Alberto Foyo, con estudio en Nueva York desde 1993, formó tándem hace casi un año con Nuria Prieto, graduada en 2009 y con un estudio en A Coruña, para hacer un taller sobre la ciudad de Gaza a través de la organización que componen ambos: Postopia.

- ¿Qué cuenta su propuesta del pabellón español?

-El proyecto forma parte de una investigación más dilatada y profunda que busca proporcionar un hábitat sostenible y digno para 1,7 millones de personas en Gaza. Nuestro proyecto de construir una nueva Gaza reta la tan estereotipada definición de la política como el arte de lo posible. En manos del arquitecto, la concienciación política puede servir de herramienta de creación o de antídoto contra la destrucción; un antídoto a través del cual el pensamiento utópico transciende al pensamiento pragmático. Este taller se centra en la construcción de un nuevo paisaje arquitectónico-agrícola que sirva de incubadora (tiesto) de un colectivo social autonómico. La estrategia, aparentemente utópica, de crear nuevos asentamientos no resulta tan utópica si nos fijamos en el hecho de que al otro lado de la valla la creación de nuevos asentamientos es precisamente la estrategia más contundente y pragmática acometida para crear raíces.

- ¿Han estado alguna vez allí?

-No hemos estado en Gaza, pero el proyecto está conectado a nivel internacional con numerosos profesionales de diferentes ámbitos que son profundos conocedores del escenario. El contexto internacionalista nos permite nutrir el proyecto de experiencias, así como de un marco crítico que atraviesa las diferentes capas que componen el proyecto.

- ¿Qué les parece que haya llegado el proyecto a Venecia?

-Creemos que la presentación en el ámbito de la Bienal es el contexto adecuado debido a su carácter internacional. La muestra de Venecia permite a los arquitectos exponer las diferentes trayectorias contemporáneas de la arquitectura, y los arquitectos en el siglo XXI tienen que aceptar que lo que en otras épocas eran zonas exóticas, como Gaza o la jungla del Amazonas, hoy son el patio trasero de la humanidad. La arquitectura se ha divorciado de las cuestiones sociales. Los arquitectos nos hemos quedado retrasados y en realidad no podemos ayudar más que a construir hoteles de cinco estrellas y museos sin contenido, por razones fundamentalmente económicas.