Los temporales, sobre todo aquellos en los que el viento sopla con fuerza y el mar sale de la bahía y llega al paseo marítimo, provocan la mayor parte de los daños contra el patrimonio municipal coruñés. Así se establece en el registro de los siniestros ocurridos desde finales de 2015 adjuntado en el pliego de condiciones que ha sacado el Concello para contratar un seguro que cubra en los próximos años tanto este tipo de afecciones en edificios e instalaciones públicas como en el parque de automóviles.

De la veintena de incidentes comunicados a la compañía de seguros, más de quince son consecuencia de temporales, sobre todo de dos, en febrero de 2016 y en el mismo mes de 2017. El estado municipal de Riazor es el que se lleva la peor parte, sobre todo por la delicada situación que lleva arrastrando durante años y que ahora se verá solventada por la obra de varios millones de euros que sufraga el propio Concello. Mobiliario urbano, alumbrado público y hasta el Palacio Municipal de María Pita son otras de las víctimas de la acción de viento, mar y lluvia en invierno.

El 8 de febrero de 2017, con registros de olas de 14 metros y el mar invadiendo el paseo marítimo, el Ayuntamiento dio parte al seguro de una rotura de un pozo, que afectó de manera "severa" a la red de saneamiento municipal, de desperfectos en el alumbrado y también en el interior de la Casa de los Peces, así como, una vez más, en el estadio de fútbol. En abril de ese año también se registró un incidente en el reloj de la fachada del ayuntamiento: el fuerte viento arrancó varias de sus piezas.

Casi un año después, el 3 de febrero de 2017 otro temporal barría la ciudad y se llevaba con él parte de la cubierta de Riazor y también provocaba la caída de parte de la vidriera sobre la escalera noble de María Pita. El ejercicio pasado también hubo una fuga de agua en el palacio de los deportes y también en las torres de iluminación de la ciudad deportiva de la Torre, como consecuencia de una tormenta.

En este año 2018, el Concello solo ha dado un parte, por ahora, y fue por daños causados por agua, atascada en canalones y que se filtró al interior, en el palacio municipal, en enero de este año. En total, desde diciembre de 2015, la compañía ha abonado más de 110.000 euros, entre los pagos y las reservas.

No han sido tan cuantiosos los gastos que ha generado la siniestralidad de la flota de automóviles del Concello, que está formado por 166 vehículos -entre Policía Local, Bomberos, alcantarillado o Medio Ambiente-, y 25 embarcaciones. En los últimos tres años, el Ayuntamiento comunicó 158 siniestros con un valor total de menos de 100.000 euros. El número de accidentes ha subido en el último año registrado, 2017, hasta 63, mientras que en el anterior fueron 45 y en 2015, 50 en total. El coste, en cambio ha disminuido de los alrededor de 30.000 euros de reparación de los daños de hace tres años a los casi 26.000 del valor total del ejercicio pasado.

Ahora las compañías de seguros tendrán que valorar, con este panorama en la mano, si podrán hacer frente a la cantidad de temporales que azotan la ciudad y sus daños.