Pasear por las calles de las Casas de Franco es como entrar en una ciudad aparte. Panaderías, carnicerías, farmacias y peluquerías de perros son algunos de los comercios que visitan diariamente sus vecinos. Pocos encuentran desventajas a este barrio. "Esta todo cerca", comenta una residente que lleva más de 50 años instalada en esta zona. Lo único que piden es una rehabilitación de las casas que mejore la accesibilidad y su aspecto.

Este deseo está más cerca de hacerse realidad pues el Concello ha propuesto que este grupo de viviendas entre en el programa de ayudas para las Áreas de Rehabilitación Integral. Una solicitud que ya se tramitó en 2015, pero entonces el Ministerio de Fomento concedió un millón de euros de los cinco pedidos y las Casas de Franco se quedaron fuera de las ayudas.

Algunas fachadas se ven deterioradas, sin el color que una vez tuvieron. Hay portales que necesitan arreglos y edificios en los que la comunidad de vecinos exige la instalación de ascensores. Estas son algunas de las demandas que los residentes de las Casas de Franco enumeran cuando se les pregunta. "Ahora estamos arreglando nosotros los patios interiores, pintándolos", cuenta Sandra Vázquez, quien cree que la rehabilitación de las viviendas es "muy necesaria".

Avelina González, María del Carmen Seijas y Antonia Calvo llevan más de media vida entre estas calles. Se sientan en un banco junto al portal para recordar anécdotas y compartir momentos juntas. Las tres reconocen que las casas "por fuera, están viejas" y necesitan un cambio. "Por dentro no porque casi todos los propietarios hemos hecho obras", comenta una de ellas.

Su día a día en el barrio no tiene peros. "Es un sitio muy tranquilo y tenemos todo cerca", reconocen. Desde la ventana, sus hijas les avisan para ir a comer y luego vuelven a la calle para dar un paseo por la tarde. Una vida tranquila que podría mejorar con ciertos cambios. "Se necesitan ascensores que ya somos gente mayor", dicen al unísono.

Esta es una demanda muy común entre los vecinos, que también piden la renovación de los portales y las fachadas. Una actuación que no convence a todos. "Cuando se rehabilitaron las casas de Os Mariñeiros, al renovar las fachadas se cambiaron todas las ventanas. Hay gente que ha pagado sus ventanales y sería injusto que se los quitasen", lamenta una residente.

El presidente de la asociación de vecinos de O Ventorrillo, José Ángel Souto, explicó a este diario que, en el anterior proyecto presentado por el Concello en 2015, las peticiones de las comunidades de vecinos se centraban en eliminar las humedades y el defectuoso aislamiento de las viviendas. Se referían a 587 viviendas en doce portales, además de 24 locales.

Hace tres años, las Casas de Franco se quedaron fuera de aquellas ayudas. Con el millón de euros que Fomento concedió al Concello se rehabilitaron las casas de Palavea y Os Mariñeiros y entró como una nueva zona el núcleo tradicional de Elviña. De las 1.105 que preveía reformar el Ayuntamiento, solo se hicieron obras en 200.

Las viviendas del grupo María Pita, en Labañou, también se quedaron al margen de las mejoras en aquel año. El Concello las ha incluido en su propuesta para formar parte del plan esta tal de rehabilitación 2018-2021. Son un total de 444 hogares. La demanda de los vecinos de este barrio ubicado frente al Millenium es la mejora de la accesibilidad.

En este tipo de ayudas, el Estado aporta el 40%, el Concello un 30%, la Xunta un 10% y los propietarios de los pisos, el resto. También van acompañadas de una inyección destinada a los ayuntamientos para adecentamiento de sus entornos, con un total de 2.000 euros por vivienda subvencionada.