La intensa niebla que cubrió ayer la ciudad puso a prueba los nuevos límites que Enaire -el gestor del espacio aéreo español- habilitó el pasado 16 de agosto para los aviones que entran por la cabecera 21 -la principal, la más cercana a la ría- cuando el sistema antiniebla ILS funciona en su categoría II, que es de casi nula visibilidad. La rebaja en los límites en los que los pilotos tienen que decidir si siguen con la maniobra de aterrizaje o abortan y desvían el avión funcionó ayer, ya que todos los vuelos que tenían prevista su llegada a Alvedro tomaron tierra, salvo uno, el de Barcelona de las diez de la noche.

Enaire explicó a este diario que sigue trabajando para mejorar la aproximación en las dos cabeceras del aeropuerto. En el caso de la 21, la rebaja del punto de decisión tiene como objetivo que el radioaltímetro, que es el aparato que llevan los aviones para medir la distancia a la que están de la tierra, ofrezca una lectura ajustada ya que, antes de la modificación, este instrumento alertaba del punto de decisión en Montrove y no cerca de la AP-9.