La Xunta, a través de un informe de la Axencia Galega de Infraestruturas, propone ceder la titularidad del tramo de la avenida de Finisterre que posee al Ayuntamiento. Lo hace en el plan de acción contra la contaminación acústica generada por las carreteras autonómicas, como esta, en toda Galicia. En la ciudad, donde la mayor parte de viales pertenecen al Concello, la Consellería de Infraestruturas solo analiza este tramo, que parte del cruce con la ronda de Outeiro, y concluye que, pese a detectar altos niveles de ruido, no se deben realizar medidas para disminuir el impacto porque ya tiene, explica el informe, todas las características para atenuarlo.

El documento registra niveles de hasta 66 decibelios por la noche, cuando el límite recomendado debería estar en 55 en este período de la jornada. Es más, supera incluso al máximo durante el día, marcado en 65. Son 1.998 habitantes los que sufren, en los alrededores, estos niveles de ruido, en ocho edificios colocados a ambos márgenes de la carretera. El informe argumenta, para proponer el cambio de titularidad, que se trata de un tramo urbano "fuertemente consolidado", y que, aunque linda con el polígono de A Grela, cuenta con aceras, aparcamiento en línea, mediana ajardinada o pasos de cebra. "Está enclavado en la trama urbana de la ciudad de A Coruña", advierte. Además de los residentes que sufren la contaminación acústica provocada por los vehículos que circulan por la AC-415, los redactores del estudio señalan la existencia del centro de especialidades del Sergas, que debería contar con un entorno más apacible.

El estudio de la Xunta descarta proponer acciones para disminuir el impacto, principalmente porque ya están tomadas aquellas que marca como prioritarias y que sí aconseja para zonas más problemáticas de su red viaria en el resto de Galicia. Los 50 kilómetros por hora marcados para circular, las dos calzadas con mediana central o la regulación semafórica son medidas que sí que sugiere en otros lugares pero que aquí ya están realizadas. Tampoco el asfalto presenta problemas, ya que el informe califica el estado de "bueno".

El Concello sí que, en su propio plan contra los ruidos, plasma algunas actuaciones que podrían apantallar la contaminación acústica para que no llegue en niveles tan altos como los ahora registrados a las viviendas. La ampliación de aceras y, por tanto, estrechamiento de carriles, la instalación de arbolado o la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora recogerían la filosofía de "humanización" de algunas vías de la ciudad que sufren este problema. También apuesta el documento municipal por que las nuevas edificaciones -ya que en la margen opuesta al polígono industrial aún hay terrenos por urbanizar- cumplan las condiciones técnicas requeridas para aislar este tipo de molestias del tráfico.

Y es que los expertos contratados por el Gobierno local también detectaron en la avenida de Finisterre unos niveles de entre 55 y 60 decibelios en horario nocturno, un poco por debajo de la medición del Ejecutivo autonómico, y consideraban que en el distrito 10, en el entorno del lugar analizado por la Xunta, poco más de dos mil personas sufrían los ruidos.

Donde sí que acometerá distintas medidas para que el tráfico genere menos ruido será en la avenida de Finisterre, pero a su paso por el municipio de Arteixo. En dos puntos reducirá la velocidad, construirá rotondas y construirá una mediana central ya que las mediciones llegaron a más de 70 decibelios.