Mar de fondo en la construcción de la intermodal de la ciudad. La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, culpó ayer al Concello de no haber dado el visto bueno a su proyecto de reforma de la estación y, de ese modo, haber retrasado los plazos para sacar a concurso la obra. Es por ello por lo que la financiación europea destinada a mejorar la intermodalidad en las ciudades gallegas irá, según la Xunta, a otras estaciones y su grueso no recalará en A Coruña como era el objetivo.

Ahora, la Xunta asegura que busca "fondos propios" para poder empezar, de nuevo, un proyecto intermodal para la ciudad. "Esperamos tener un pliego próximamente para poder licitar un proyecto, pero empezando por el principio, que es buscar esos fondos que se han perdido", dijo ayer Vázquez, apelando a la dificultad de retirar partidas para obras en una administración que tiene derivada la gestión de "la Sanidad y la Educación".

Preguntado por este diario, el concejal de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda, Xiao Varela, difirió ayer del relato de los hechos de Vázquez, a quien culpó de no haber sido capaz de incorporar las propuestas del Concello al proyecto y de licitar las obras enseguida.

Varela asegura que, desde que firmó un "acuerdo de mínimos" con ADIF y con la Consellería de Infraestruturas, en noviembre del año pasado no ha vuelto a saber nada más de la intermodal por parte de la Xunta.

No así de la entidad dependiente de Fomento y que administra las infraestructuras ferroviarias, con la que, según el edil, hay un trabajo constante en la parte de la obra que a ellos les compete: los accesos. Y con la que se han empezado ya a hacer actuaciones que mejoren la movilidad, como la rotonda que hay en la avenida do Ferrocarril, ejecutada hace unas semanas. Actualmente, el Concello y ADIF trabajan en propuestas como la colocación e las marquesinas o de las paradas de taxis.

"Lo nuestro está preparado para ser aprobado cuando alguna de las infraestructuras se lleven la aprobación, en el caso de la Xunta, al Consello da Xunta y, en el de ADIF, al ministerio. Lo que tiene que ver con los accesos, lo tendremos preparado en ese momento. Estamos trabajando en coordinación con ADIF y está muy avanzado, pero dependemos de la Xunta", explicó ayer Varela, que tilda de "cobardía" la actitud de la conselleira de Infraestruturas al culpar al Gobierno local de la pérdida de fondos para la ciudad.

Antes de las elecciones municipales de 2015 y del cambio de gobierno en María Pita, el proyecto que estaba encima de la mesa estaba valorado en unos 200 millones de euros, el del arquitecto César Portela, que la que fue ministra de Fomento con el PP Ana Pastor llegó a calificar de "faraónico".

Ese plan de actuación se cambió a finales de 2015, cuando se redujo el proyecto para hacerlo más racional y asequible, tras las primeras reuniones del nuevo Ejecutivo local con la ministra, para entonces, también la Xunta y ADIF estaban de acuerdo en que el proyecto no podría ejecutarse tal y como se había planteado por primera vez, con el desarrollo de parques de viviendas y centros comerciales.

"La Xunta empieza en junio de 2016 la revisión del proyecto y la empieza ignorando la mayoría de las necesidades urbanísticas que le habíamos trasladado nosotros en los meses previos. Pero eso lo comprobamos en marzo de 2017 cuando, por primera vez, nos enseña el proyecto para la estación de autobuses, en una reunión a tres bandas", explica Varela.

Un mes después, el Concello mandó alegaciones a este plan que no fueron incorporadas al proyecto. "Las soluciones fueron aceptadas tanto por la Xunta como por ADIF, así que, tan malas no debían ser", ironiza Varela, que acusa de "falta de pericia" a la Xunta para poder adaptar el plan que tenía a las exigencias del momento.

Lo que para la conselleira de Infraestruturas son "cambios de criterio y falta de coherencia" del Gobierno local, para Varela es volver a señalarle a la Xunta "errores" de los que ya había sido alertada y que no incorporó al proyecto, como "el modelo de movilidad y cuestiones que tienen que ver con los accesos...". En este punto, se refiere el concejal a la urbanización de A Sardiñeira, que fue uno de los desencuentros que tuvieron el Gobierno autonómico y el local. Esto acabó en que el Concello hizo, en palabras de Vázquez, "una enmienda a la totalidad del proyecto".

Para que estos pareceres diferentes no se volviesen a repetir y el nuevo plan de la intermodal fuese una obra de consenso, a finales de 2017, las tres instituciones firmaron "un acuerdo obligatorio de mínimos" en el que se comprometían a empezar de nuevo. Varela asegura que, desde ese día, no tienen "noticias" de la Xunta por este tema.

A la pregunta de este diario de qué avances había habido desde aquel acuerdo de finales del año pasado, la conselleira respondió ayer que se había "rescindido el contrato constructivo", por lo que no se ha trabajado en el diseño de ese nuevo proyecto de consenso.