El edificio proyectado hace más de una década para el número 176-178 de la avenida de Finisterre parece no llegar nunca. Ni está ni se le espera a día de hoy. El Ayuntamiento concedió a Banco Popular, el propietario del solar, licencia a finales del mes de septiembre pasado pero, pese a tener que cumplir el plazo de seis meses para iniciar las obras y el de dos años para finalizarlas, nada se mueve en la zona. Solo se han colocado los carteles de la promoción de viviendas, de las que se han vendido unas cinco, según su inmobiliaria, del total de 18 que se pretendían construir.

La idea de la entidad financiera, absorbida hace poco más de un año por el Banco Santander, es construir un edificio de siete plantas para pisos con cuatro sótanos, destinadas a trasteros y garajes, y con un presupuesto de ejecución de casi 1,5 millones de euros. Así lo planteó en la solicitud del permiso municipal, que la Junta de Gobierno Local concedió hace casi un año. Ahora, con la imagen del terreno vacío el Ayuntamiento puede declarar de nuevo la caducidad de licencia si no hay movimiento en breve.

Y no será la primera vez. En el año 2012, la promotora que entonces poseía el solar, Bosseti Promociones, vio cómo también se cancelaba su permiso, que databa de 2006, aunque lo hizo a través del Boletín Oficial de la Provincia, ya que el Concello fue incapaz de ponerse en contacto con ella. En aquel momento, además de no haber actividad, los vecinos del edificio colindante denunciaban los problemas que ocasionaba la falta de cuidado del mismo. Olores, humedades o mosquitos eran algunas de las quejas que tenían y para las que pedían solución al Gobierno local.

Fue en 2014 cuando, de manera subsidiaria, el Concello realizó diversas obras para adecentar el solar y evitar que causara daños o molestias a los inmuebles cercanos en unos trabajos que costaron casi 150.000 euros. Con la promotora en concurso de proveedores, el Ejecutivo municipal recurrió nuevamente al BOP para pedir el pago de la cuantía, para lo que tuvo que presentarse como un acreedor más para recuperarlo. Con la parcela vallada y con varias vigas soportando la medianera adyacente, el solar permanece, por el momento, vacío.