La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia decidirá, tras una consulta pública y una prueba de equilibrio económico, si concede, modifica, concede solo en determinadas condiciones o deniega el derecho solicitado por la empresa Arriva de acceder a la red ferroviaria para estrenarse con una línea internacional que conecte Galicia con Portugal desde A Coruña hasta Oporto. A la espera de conocer la resolución de Competencia, que estará determinada por el efecto económico que el nuevo servicio pueda causar en Renfe, Arriva admite que en caso de que la respuesta sea contraria a sus objetivos "revisará todo el proyecto".

Esta vía que mantiene activa la pretensión de la empresa filial del grupo Deutsche Bahn ante la posibilidad de que se tuerzan sus planes la avanza el director ejecutivo de Arriva España, Juan Ignacio García de Miguel, en el periódico portugués Público. "Esperaremos a ver qué dicen Renfe y Adif. En todo caso, creemos que a Renfe está más preocupada por el corredor de Madrid a Barcelona que el de A Coruña a Oporto", explica el responsable de Arriva.

El proyecto de la empresa está condicionado por la repercusión económica que la línea entre Galicia y Portugal pueda provocar en Renfe, ya que parte del recorrido que propone coincide con tramos de media distancia que cubre la operadora ferroviaria de España. Competencia ha abierto por ello una consulta pública sobre los requisitos que deberán cumplir las empresas que quieran operar trayectos internacionales en España. La concesión del acceso a la red de ferrocarril dependerá por tanto de que el operador candidato no cause perjuicios que pongan en peligro el equilibrio económico de Renfe, al ofrecer esta compañía un servicio público.

Competencia plantea tres escenarios derivados del resultado de la prueba económica. Si Renfe no viese afectados sus ingresos en más de un 1%, Arriva accedería a la red para operar entre A Coruña y Oporto. Si sus ingresos provocasen una alteración de entre el 1% y el 2%, el proyecto estaría condicionado a que el porcentaje de viajeros nuevos generados por el servicio internacional superase el 30% de los usuarios totales. El tercer escenario denegaría el acceso al tren por haber afectado los ingresos de Renfe en más de un 2%. En función del resultado que depare la prueba, Competencia adoptará una resolución motivada.

El servicio ofertado por Arriva entre las ciudades gallega y lusa establece paradas en las estaciones de A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo Guixar en Galicia de forma alternativa a los trenes de Renfe, y en Valença do Minho, Nine y Porto Campanha en Portugal. Solo otra empresa, además de Arriva, ha solicitado ofrecer un enlace por tren al extranjero desde que se abrió la opción de liberalizar el servicio ferroviario: el trayecto Madrid-Montpellier, que quiere operar Ilsa, y que al contrario de lo que ocurre en Galicia, no tiene tramos ya cubiertos por la media distancia en territorio español.

El proyecto ferroviario de Arriva afecta también a la operadora portuguesa CP, aspecto sobre el que tendrá que pronunciarse la Autoridade da Mobilidade e dos Transportes, apunta Público. García de Miguel informa a este medio que Arriva España no ha contactado con ninguna entidad lusa de transporte alegando que el regulador español ha informado a su empresa de que se encargaría de abordar el asunto con las autoridades del país vecino.