La Ciudad Vieja es una de las zonas de la ciudad más castigadas por las pintadas y los grafitis en las fachadas de edificios privados. No es la única, pero un grupo de residentes, apoyados por vecinos de otros barrios, protagonizaron ayer un acto simbólico con el que quisieron "denunciar públicamente para que se tome nota" la proliferación de manchas, trazos, firmas, garabatos y dibujos sin ninguna motivación artística tanto en las paredes de la zona como en otras partes de la ciudad.

La iniciativa juntó a una veintena de personas que se fueron turnando para cubrir con varias capas de pintura blanca la pequeña fachada de una vivienda de la plazuela de Santa Bárbara manchada con varios dibujos de distintos colores. El acto duró unos pocos minutos, tras los cuales la pared quedó totalmente limpia, aunque sus promotores, recordaron que otras calles de la Ciudad Vieja, especialmente Sinagoga, están afeadas por el exceso de grafitis. "Este acción puede motivar otras acciones. La gente ha respondido porque está harta de que se manche la ciudad y no se haga nada para eliminar las pintadas", denunció uno de los impulsores, Juan Ignacio Borrego, exmiembro de la ejecutiva local del PSOE, a la que renunció hace unos meses y antiguo miembro de la asociación de las fiestas del Rosario.

Una foto de grupo sobre la fachada impoluta cerró esta acción simbólica, a la que se apuntaron las concejales del PP y del PSOE Susana Pazo y Pilar Neira, las dos, en su turno, con la brocha en la mano.