La cabina del Jumbo que trasladó el Guernica a España y la primera linterna eléctrica de la Torre de Hércules se pueden encontrar dentro del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt), ubicado en San Roque. Las más de 600 piezas que conforman la colección permanente, sin embargo, están manifestando una serie de "alteraciones irreversibles a consecuencia de su exposición a elevados niveles de radiación lumínica".

Para evitar deterioros, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, que gestiona el museo, ha licitado un estudio de la iluminación natural en el interior del edificio y la redacción de un informe con propuestas de adecuación de las características lumínicas de las salas para garantizar la conservación de las colecciones expuestas.

El año pasado se instaló en el inmueble un sistema de seguimiento de la temperatura y la humedad. Pero aún así, algunas piezas del museo han sufrido alteraciones debido a su exposición a la luz -el edificio, conocido como Prisma, es acristalado-. El objetivo de este proyecto es mejorar la calidad de las condiciones de iluminación y anular emisiones ultravioletas e infrarrojas, que resultan más dañinas.

Con un presupuesto de 18.150 euros y un plazo de ejecución de siete meses, el estudio comenzará con una toma de datos para conocer las características reales de iluminación en los espacios del museo. Se desarrollará durante un periodo de tiempo "suficientemente representativo", según el pliego, para poder hacer un cálculo anual. El estudio se hará tanto con el cielo despejado como con nubes.

A continuación, y con estos datos como referencia, se elaborarán una serie de propuestas de intervención con medidas que podrán ser aplicadas en cada sala del museo para reducir la incidencia de la luz. Según indica el pliego, se podrán emplear filtros y otros elementos pantalla para regular el paso de la luz sin interferir en los valores del edificio.

El informe también recogerá la renovación de los sistemas de iluminación existentes. Se prevé sustituir las luminarias actuales, obsoletas, por otras basadas en el uso de la tecnología LED monocromática que ya están siendo instaladas en pinacotecas y museos del mundo. Así también se aumentará la vida útil de estos equipos de alumbrado, reduciendo el número de intervenciones y los costes de mantenimiento. El nuevo material, recuerda la Fundación, deberá ser compatible con la infraestructura de instalación que se usa actualmente para evitar hacer obras.

Estos servicios permitirán, tras siete meses, conocer a qué daños se exponen las piezas de las colecciones, tanto permanentes como temporales, y cómo reducirlos y evitarlos. La luz es una amenaza, pero puede mitigarse.