Chasco, sorpresa, pena. Los calificativos de lo sucedido en el pleno del lunes con respecto a las mociones sobre el futuro del borde litoral de la ciudad fueron muchos ayer y muy variados. Los reproches se volvieron a repetir ayer entre los grupos políticos pero también se retomaron las buenas intenciones con respecto al último año de mandato y a las negociaciones que el Gobierno debe entablar para poder aprobar los presupuestos o las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS), para gastar el superávit del año pasado. Marea pide dejar a un lado los muelles portuarios y PSOE y BNG están de acuerdo en separar ambas cuestiones.

La resaca de la sesión plenaria continuó ayer con recriminaciones entre todas las formaciones. El alcalde, Xulio Ferreiro, fue el primero en apuntar el "poco pudor" que tiene el PP para "cambiar de chaqueta", ya que, pese a llegar a un acuerdo con sus concejales, considera que han cambiado de opinión por el relevo en el Gobierno central. "Me parece importante que pidan la condonación de la deuda y la titularidad pública de los muelles, aunque contrasta con lo que han dicho sus representantes gallegos, en el Parlamento o en la Autoridad Portuaria", explicó. También calificó de "pena" que el PSOE no llegase a un pacto con ellos, aunque se mostró comprensivo porque, dice, "no debe ser fácil gestionar la presencia del Concello y en el Gobierno de España".

El PP se autodefinió como "el único" que se preocupa por los intereses de la ciudad y tuvo reproches para PSOE y Marea. A los primeros les afeó haber pedido la condonación de la deuda y ahora "decir que es ilegal anularla" y a los segundos, que "ni mencionaran" la anulación del protocolo firmado en abril en el que no participaba el Ayuntamiento.

Los socialistas mantuvieron su posición de ayer de enfocar su reprobación principal hacia la Autoridad Portuaria, a la que pretenden quitar "la capacidad de transformar la ciudad porque no tiene legitimidad para hacerlo". El portavoz del grupo municipal, José Manuel García, considera que la decisión de ayer hará "más difícil generar un entorno para llegar a un buen acuerdo" entre el Gobierno en Madrid y el Concello, aunque se mostró seguro de que el diálogo se mantendrá al margen de lo sucedido en el pleno del lunes.

Por su parte, el BNG reprochó que la moción incluya renegociar los convenios de 2004 cuando, defiende la concejala Avia Veira, "hay que renunciar" a ellos por incluir la venta de los muelles y, con respecto a la petición de condonación, la nacionalista cree que "no se puede aceptar menos". Por último, apunta como imprescindible "escuchar a la ciudadanía" con la convocatoria de una consulta popular.

Negociaciones

Así las cosas, las posiciones están a día de hoy enfrentadas entre todos, incluidos los que votaron de manera conjunta la moción que fue aprobada. Pero el conflicto acaba cuando se habla de otras cuestiones. Así lo aclaraba el regidor, que negaba que la falta de entendimiento con el PSOE fuera un "punto de inflexión". "Espero que no lo sea, sino una pequeña piedra en la que tropezamos pero seguiremos la negociación y la interlocución", apostaba en la mañana de ayer. Y así lo confirmaba el portavoz socialista, que, aunque reprochaba no haber visto "ni una línea de los presupuestos", añadía que la intención no era "bloquearlos" ni tampoco cerrarse a aprobar las inversiones del superávit del año pasado. "Si alguien piensa que el PSOE hipotecará a la ciudad por cuestionar cómo está, se equivoca. No vamos a poner de rehén a la ciudad", afirmó, contundente y a la expectativa de que el Ejecutivo local le convoque para comenzar la negociación.

Tampoco el BNG pone como condición la cuestión portuaria para llegar a acuerdos en otros temas. Veira considera el tema "prioritario" pero a largo plazo, por lo que plantea otro tipo de decisiones como base para negociar su voto afirmativo en el pleno a las cuentas para el próximo año u otras cuestiones. "De la gestión y de cuestiones vitales, como la movilidad, dependerá nuestro apoyo a los presupuestos", avanzó.