- ¿Hay más o menos universitarios nuevos este curso?

-De primer año hay entre 2.700 y 2.800, unos poquitos más que el curso pasado. Estamos en una fase de estabilización, absorbiendo el descenso que se produce en el cambio de Bolonia a las antiguas titulaciones, que son de un curso menos, y la presión del descenso demográfico, que es muy acusado.

- Unos pocos alumnos tienen plaza en la residencia universitaria del colegio Calvo Sotelo, pero aún no está abierta. ¿Por qué y cuándo abrirá?

-La entrega de la obra por parte de la empresa acumula una cantidad importante de retrasos. Esa entrega se hizo a finales de julio, pero quedaban aún flecos, como los accesos y las acometidas de luz y agua. Con agosto de por medio tuvimos unos quince días para hacer esos trámites. Tengo la esperanza de que antes de octubre estén instalados los estudiantes. De todos modos, ya en la convocatoria explicamos que en caso de no poder utilizar la residencia a tiempo se buscarían alternativas y la Universidad la ofrece en la antigua Laboral. A los que no han querido usar este alojamiento se les ha dado una compensación económica para que busquen un piso o habitación.

- Los nuevos grados en este curso son Gestión de Moda en Ferrol y Gestión de Paisaje entre A Coruña y Santiago. ¿Qué potencial tienen estas materias?

-En Gestión de Moda, que es bilingüe y requiere un grado importante de inglés, tuvimos cinco veces más solicitudes que plazas, lo que ha supuesto que de 50 plazas previstas tengamos 80 matriculados, con lo cual hemos habilitado refuerzos para que no disminuya la atención a los estudiantes. Paisaje, que aún no ha cerrado las plazas, es un grado que necesitará rodaje y conocimiento porque es una nueva profesión cuyas funciones tienen que ser visibilizadas.

- En su discurso de inicio de curso reiteró que "revertir la falta de financiación en investigación de los años de la crisis es una tarea de país". ¿Por qué diez años después de que estallara la crisis aún sigue frenando la captación de recursos públicos y privados para las universidades?

-La crisis económica fue muy dura y hay sectores que aún se están recuperando. Digo que es un problema de país porque si la sociedad no es consciente de que hay que invertir en I+D, en universidades y en centros de investigación e innovación, no tendremos los recursos suficientes. ¿Por qué? Porque nunca se considerará prioritaria la financiación de ese sistema de investigación y desarrollo. Las sociedades avanzadas a las que nos queremos parecer, las de nuestro entorno de la OCDE, consideran prioritarios esos fondos y en momentos de crisis no solo no se recortaron sino que se incrementaron, al contrario que en España. Cuando los rectores pedimos financiación no es por capricho, sino porque queremos aportar conocimiento, desarrollo e innovación: lo que nos corresponde en la sociedad.

- ¿Cómo pasó la UDC por la crisis, qué ingresos añora?

-La UDC fue de las universidades españolas que sufrió el embate más fuerte dentro de la crisis, entre otras cosas porque es de las peor financiadas del Estado. Este año tenemos un presupuesto de 123 millones; en 2010 teníamos 132: esos casi 10 millones de menos, con la carestía de la vida, nos complican la situación. Con la crisis tuvimos que establecer prioridades presupuestarias. Mantuvimos ayudas de apoyo a los estudiantes y mantuvimos plantilla y recursos humanos, por lo que tuvimos que reducir en infraestructuras y gastos generales.

- Pese a estos inconvenientes, ¿dio la Universidad un salto cualitativo en el último curso, como deseaba usted hace un año?

-Creo que sí. El mantenimiento del capital humano en las mismas condiciones significa que los fondos dedicado a la investigación no se han reducido, por lo que hemos podido apoyar a nuestros investigadores para que vayan a convocatorias europeas y, en definitiva, incrementar el aspecto investigador de la Universidad. A eso hay que unir las estrategias de especialización, que nos permiten aglutinar más fuerza investigadora y visibilizar mejor los grupos de investigación, además de fortalecer la relación con nuestro entorno social y económico.

- ¿Captando talento docente, como insiste la UDC?

-En ese estamos. Dentro del sistema universitario gallego hemos mantenido plantilla. Hemos sido capaces de reponer las bajas por jubilación con profesorado joven, lo que nos deja con la plantilla más joven de las universidades gallegas. No solo hay que captarlo, sino estabilizarlo y promocionarlo. El programa Intalent UDC-Inditex nos ha permitido captar cada año dos personas externas a la Universidad con muy buenos currículums y estamos en la fase de tratar de que se incorporen a nuestra plantilla. Y esto lo estamos haciendo sin aumentar un solo euro la deuda de la UDC, que sigue siendo cero.

- En el discurso también insistió en que los "profundos cambios tecnológicos provocan cambios que necesitan procesos innovadores en la mentalidad y en los modos de vivir y pensar". ¿Cómo se adapta la UDC a esta velocidad que marca la tecnología?

-El mundo tecnológico va rapidísimo y el desempeño de las profesiones será dentro de diez años distinto a como es hoy. La introducción de las nuevas tecnologías, la robótica, la inteligencia artificial, big data? va a una velocidad espectacular y cambiará radicalmente la forma de funcionar. La Universidad debe ser capaz de ir por delante de ese desarrollo, estar en una versión punto cero más que la sociedad. Nosotros no innovamos: transferimos desarrollo para que las empresas innoven.

- ¿Qué necesita la Universidad, además de sus relaciones institucionales, para reforzar su imagen en la sociedad?

-Desempeñar bien su función y explicar a la sociedad cómo trabaja. Tradicionalmente se difundió la idea de que la academia estaba en una burbuja, pero eso ha cambiado y sigue cambiando. La Universidad moderna de hoy no se parece en nada a la de hace diez o quince años. Con el trabajo conjunto la sociedad se da cuenta de lo que hacemos. Un ejemplo: cuando hacemos programas de prácticas en empresas y nuestros estudiantes todavía no titulados van a ellas, las empresas descubren que los jóvenes sí son capaces de insertarse en sus estructuras y funciones.

- En sus colaboraciones con el Concello la UDC va a ayudar a diseñar la estrategia para constituir el área metropolitana. ¿Por qué apuesta la Universidad?

-No tendremos una estrategia, sino que daremos un apoyo tecnológico para su desarrollo. La definición del área es una decisión política. Haremos un estudio de las interacciones económicas y tecnológicas de la ciudad y la comarca, teniendo en cuenta la situación de todos los concellos. Yo, particularmente, mantengo que nuestra área metropolitana debería llegar desde Cedeira hasta Finisterre.

- El rector será jurado del concurso de ideas para definir el borde marítimo. ¿Cómo canaliza la UDC las noticias vinculadas a ello: protocolos, consorcios, deuda del Puerto??

-Los muelles forman parte del corazón de la ciudad y es lógico que todas las administraciones traten de colaborar en ese desarrollo de la ciudad y de su entorno. El ejemplo de Bilbao, en el que participaron y colaboraron todas las instituciones en un consorcio que tomó las decisiones importantes, me parece magnífico y creo es el que debe seguirse.

- ¿Hacia dónde evolucionará este año la Universidad?

-Debe ser el curso de la cristalización porque estamos en continua reforma. En el que todos los proyectos en marcha se plasmen en realidades. Se establecerán las especializaciones de los campus. Se sabrán las titulaciones que faltan de cara al curso 2020-21.