Aguas pantanosas salpican el mapa que desde el cielo se dibuja en el barrio de la Sagrada Familia. A pie de calle la presencia de la ciénaga y del pequeño ecosistema que ha creado en los últimos diez años se advierte en el entorno de la confluencia de las calles Maravillas y Nuestra Señora de Fátima. Hay malestar por la presencia de mosquitos y malos olores, y hay también preocupación por los efectos que la humedad pueda causar en los cimientos de los edificios más próximos, uno en el vértice de estas dos calles y otro en Maravillas; quizá en alguno más. Un vecino de la zona, Manuel Vázquez, compartió en el escaño ciudadano del pleno de esta semana su hartazgo por las aguas estancadas de un solar abandonado y sin visos de ser recuperado que, junto a un bloque de planta baja y cuatro alturas, hace esquina.

"He llamado al Ayuntamiento por tercera vez este año y he enviado escritos al área de Medio Ambiente. Pedimos que se retiren esas aguas estancadas por todas las molestias que nos dan", reclamó Vázquez. La concejal María García admitió que desde "hace tiempo" el Concello está en trámites para que se achique el agua de color verdoso acumulada en el lugar, un solar con la obra parada desde 2008 y en el que la superficie del agua está unos tres o cuatro metros por debajo del nivel de la vía pública, desde la que se ve también parte de la vegetación originada.

"Una vez al año la empresa vacía el agua, pero cada vez que llueve tenemos el problema de que se vuelve a acumular. Hemos hecho requerimientos a la Sareb [Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria] para que haga achiques", explicó la responsable de Medio Ambiente al vecino de la Sagrada Familia afectado.

García añadió que el Concello pretende "dar pasos para restituir la legalidad urbanística" del solar tapiado desde hace años y señaló que el proyecto que se había previsto construir en el lugar tiene la licencia caducada.

El escenario que ofrece la esquina interior de esa manzana es muy parecido al de un pantano de aguas sucias plagado de insectos y al que han ido a parar restos de basura. La charca y maleza bordean algunas caras de dos edificios, Junto a uno de ellos queda también el esqueleto de los sótanos de otro inmueble que no llegó ni a quedarse a medias. Curiosamente en la misma manzana se levantan los restos sin concluir, paralizados desde hace tiempo, de otra promoción inmobiliaria con fachadas para Nuestra Señora de Fátima y ronda de Nelle.