Más de 300 alumnos cursan sus estudios en el centro de formación profesional Calvo Sotelo. La Diputación se encarga de la gestión de este centro pero entiende que debe ser la Xunta, con competencias en materia educativa, la que debe tomar el mando. El Ejecutivo autonómico no opina lo mismo. El conselleiro de Cultura, Educación y Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, afirmó que estarían dispuestos a "absorber" al alumnado en caso de que el ente provincial no continuase al frente del Calvo Sotelo.

Sobre una posible transferencia de titularidad, Román Rodríguez declaró que "si la Diputación quiere cerrar o desprenderse de un centro educativo es su responsabilidad". En ese caso, la Xunta se haría cargo de los más de 300 alumnos que, en teoría, serían reubicados en otros centros. Ningún estudiante, por tanto, quedaría "desatendido".

Fuentes de la Diputación aseguran que la entidad no valora la opción de cerrar las puertas del Calvo Sotelo. "A diferencia de otras administraciones, no nos planteamos cerrar centros educativos. Solo queremos que cada administración asuma sus competencias", apuntan.

El departamento de Educación y la Diputación colaboran a día de hoy para garantizar el funcionamiento del centro de formación profesional ubicado en San Roque. El pasado agosto, la Xunta autorizó la firma de un convenio para el presente curso por un importe de 106.925 euros. Así lo detallan fuentes de la Consellería de Educación, que aseguran que esta ayuda permite hacer frente "a gastos de personal, mantenimiento, limpieza y conservación".

Sin embargo, la solicitud de la Diputación no se ciñe a esa colaboración, sino a que la Xunta asuma la gestión del Calvo Sotelo. "Nuestro ofrecimiento es llegar a un acuerdo para que la Conselleria gestione el centro, incluso con la colaboración económica de la Diputación. No tiene sentido que la entidad provincial gestione a día de hoy dos centros educativos y dos centros de menores, cuando son competencias de la administración autonómica", revelan.

Mientras esto no ocurra, la Diputación asegura que "va a seguir manteniendo la actividad formativa y dotando de los mejores medios materiales y humanos" al centro, que cuenta con más de 300 alumnos. Allí se imparten ciclos de madera y mueble, electrónica y artes gráficas, este último no se encuentra en otros centros públicos de la ciudad. La entidad provincial traslada la misma demanda para el instituto Puga Ramón y los dos centros de menores que actualmente gestiona.