Los diferentes timbres y estéticas de la gaita gallega, escocesa e irlandesa se fusionan en Vortex, el nuevo disco de Anxo Lorenzo, que presentará este viernes a las 20.30 h. en el Teatro Rosalía. El gaitero, famoso por el puente entre experimentación y música de raíz que cultiva con sus melodías, dará un concierto con su banda habitual y el violinista irlandés Eoghan Neff, así como con los colaboradores de su álbum King García y Germán Díaz.

- Le vimos experimentar con la gaita en temas tradicionales, pero también en otro tipo de músicas como la venezolana. ¿Con qué ritmos se atreve en Vortex ?

- Vortex está grabado entre Galicia, Irlanda y Escocia, que son tres culturas que tienen mucha relación. Creo que tenemos unas tradiciones muy similares, y un océano Atlántico que nos une, por eso siento tanta conexión con ellas. En el disco hay composiciones mías y temas tradicionales de estos lugares con arreglos nuevos. Estoy contento, porque ha quedado un disco muy bonito y con sabores diferentes.

-Lo define como "una transición de un mundo más acústico a uno más electrónico". ¿Vuelve a esos inicios de Spitiru 986?

-Hay algunos elementos que nos recuerdan a esa etapa con Spiritu 986, pero este disco sigue siendo un concepto más acústico, trabajando con elementos orgánicos. Aunque es verdad que siempre me gustó la fusión con la música electrónica.

-Y el whistle. En este disco tiene un peso importante.

-Sí, hay más temas de whistle que en otros. Se debe a que es un instrumento con el que me siento muy cómodo. Tres o cuatro cortes de Vortex están compuestos e interpretados con el whistle. Pero obviamente también con gaita, que es mi principal instrumento.

-Comenzó a tocarla a los 6 años. ¿Cuándo empieza a entenderla como un instrumento de vanguardia?

-Como empecé muy pronto, fue como un flechazo a primera vista. En cuanto la escuché me di cuenta de que quería dedicarme a ella, y llevo toda la vida haciéndolo. Quizá con 15, 16 años es cuando empecé a experimentar y a buscar otros caminos. Todos comenzamos con la música tradicional, pero llega un momento en el que me apetece exprimir al máximo las posibilidades increíbles que tiene la gaita gallega, porque es un instrumento que evolucionó mucho desde que empecé a tocarlo. Creo que está en un momento muy bueno, y que hay que enseñársela al mundo.

-¿Fue difícil ir un paso más allá con un instrumento tan ligado a la música de raíz?

-Sí, pero yo lo hice de una forma natural. Tenía la inquietud de un gaitero de probar cosas nuevas e integrarlas en nuevos estilos y creo que también es importante esa fusión con otros estilos para llegar a un público más amplio. Yo nunca escucharía una gaita si no fuera de esta forma.

-Pero ese triángulo del que me hablaba entre Galicia, Irlanda y Escocia... ¿No es un puente muy transitado para alguien decidido a innovar, como usted?

-[Lo piensa] Sí, sin embargo, creo que es una evolución normal. En este caso, de un gaitero que tiene ese interés, al que siempre le gustó la música irlandesa y escocesa? El resultado final es muy bueno, y creo que es una forma de llegar a otros países para que conozcan la música gallega. Son sitios que cuidan muchísimo su tradición, la valoran y saben exportar su música a todo el mundo.

-¿Aquí sabemos?

-[Duda] Yo creo que aquí no somos conscientes de la riqueza que tenemos y eso es una pena.

-Usted se quejaba hace unos años de que tocaba más en el exterior que en Galicia.

-Porque no tengo la suerte de poder tocar mucho aquí. Suelo hacer un concierto al año y 100 fuera. Tampoco es un caso único, le pasa a otros gaiteros de muchísima calidad que no tocan en Galicia pero que, sin embargo, tienen conciertos en Europa. Es curioso, pero al final somos gaiteros que tenemos que emigrar para vivir de la música.

-¿Por qué?

-Yo creo que es un problema sociopolítico.

-¿Y no le gustaría ser más profeta en su tierra?

-Me gustaría tocar más en mi tierra. Pero estoy viviendo un momento muy bonito, tocando en grandes festivales con grandes músicos, y viviendo de la música y de la gaita. Y esa es mi pasión.