Tras casi una década desde que se planteó la posibilidad de retirar el escudo franquista de la vidriera existente en la cubierta del Palacio Municipal, las diferencias existentes entre el Concello y la empresa contratada para llevar a cabo esa labor, Maumejean Vidrieras Artísticas, hacen correr el riesgo de que la demora para este cambio se incremente.

La compañía recibió el encargo el pasado enero, pero antes de ponerlo en marcha hubo que presentar un nuevo diseño de la vidriera con la modificación efectuada para que recibiera la aprobación de Patrimonio y de la comisión municipal del Plan especial del casco histórico. Tras varias reuniones para determinar la nueva forma del escudo, que concluyeron con el acuerdo de que solo se elimine el águila de San Juan -vinculada a la monarquía castellana e incorporada en el periodo franquista- que lo rodea, en julio se anunció que en otoño se llevaría a cabo esta actuación.

Riesgos laborales

Pero el proyecto se ha encontrado con un inconveniente inesperado, ya que el Concello exige a Maumejean que esté inscrita en el Registro de Empresas Acreditadas, cuyo objetivo es garantizar que las empresas del sector de la construcción cumplen los requisitos exigidos para la prevención de riesgos laborales. Según Maumejean, su forma jurídica es la de trabajador autónomo, por la que interpreta que no tiene por qué figurar en el registro, aunque la información del Ministerio de Trabajo señala que solo están exentos los autónomos que carecen de empleados asalariados.

El Gobierno local detalla que la inclusión en el registro se le reclama a todas las empresas que realizan trabajos de construcción para el Concello y que su finalidad es únicamente velar por la seguridad en su ejecución. Pero aún hay otro aspecto que separa a ambas partes, ya que Maumejean, que inició su actividad en 1860 y cuenta con más de 3.000 clientes en todo el mundo, asegura que desde A Coruña se le exige la realización de un curso sobre manejo y colocación de ventanas, que en su opinión, no es necesario para llevar a cabo la modificación de la vidriera del Palacio Municipal.

El Ejecutivo local señala que no ha puesto esta condición al contratista, que Maumejean dice estar dispuesta a cumplir si encuentra un centro de formación en el que se imparta ese curso, ya que por el momento no lo ha localizado, y que incluso correría con el coste de su realización. Mientras se dirimen las diferencias sobre el proyecto, con un presupuesto de 60.500 euros, la salida del águila de la vidriera municipal tendrá que seguir esperando después de décadas sobre el salón municipal de plenos.