El alcalde, Xulio Ferreiro, prometió ayer que, en declaraciones a Radio Coruña, para el partido del Deportivo del día 7 de octubre, contra el Málaga, el estadio de Riazor tendrá "casi la totalidad del aforo" disponible. Anunció que, para ese día, debería estar colocada toda la cubierta aunque reconoció que aún podría haber recolocación para los socios. En lo que sí fue tajante fue en afirmar que para el siguiente encuentro, el día 12 octubre, contra el Elche, sí que se podrá utilizar con normalidad el recinto municipal y que las únicas obras que restan afectarán solo al exterior.

Pese al incumplimiento de varias fechas para poder ocupar todos los asientos de Riazor, el regidor no asumió la demora en los trabajos, que arrancaron en el mes de mayo. "El retraso es evidente, de 15 o 20 años", dijo, en relación a la necesidad de realizar la renovación de las cubiertas del estadio antes de que el Gobierno local, finalmente, asumiera en este mandato las obras. Ferreiro destacó la "importante envergadura" del proyecto y la inversión de más de siete millones de euros por parte del Concello. Las obras han obligado a reubicar sus asientos en el primer partido de Liga en Riazor a más de 8.500 abonados y en el que se disputará hoy, a más de 9.600.

Sobre la situación deportiva del equipo, Ferreiro apuntó que la Liga en Segunda División es "muy larga", pero se mostró confiando en que subirá de categoría.