Era septiembre de 2016. Faltaban veinte días para las elecciones autonómicas y Alberto Núñez Feijóo elegía el monte de San Pedro, con la ciudad a sus pies, para un mitin de campaña. Llegó y prometió. El tercer mandato del presidente de la Xunta llega a su ecuador, con los comicios municipales a las puertas, con algunos proyectos en marcha, otros estancados y, sobre todo, con una relación tormentosa con el Concello. El Partido Popular asegura que todo lo que no han podido sacar adelante es culpa de Xulio Ferreiro. Desde la oposición acusan a los populares de ningunear a la ciudad y tratarla de manera diferente porque no gobiernan los suyos después del estrepitoso fracaso de mayo de 2015.

Al margen de la agenda autonómica, en aquel acto del monte de San Pedro realizó promesas locales para la legislatura. Algunas pasaban por acabar los asuntos pendientes del mandato anterior, como la rehabilitación de la Fábrica de Tabacos. La gran novedad del discurso y titular de sus notas de prensa fue que A Coruña, en concreto el barrio del Orzán, tendría un plan bautizado como Rexurde Coruña, que pasaba por comprar "edificios completos" para rehabilitarlos y reactivar "económica, social y comercial" la zona. Por el momento, nada.

A Coruña se quedó fuera de su fase inicial, sin concretar la Xunta cuándo abordará lo que consideraba una "zona prioritaria". Tuvieron distinta suerte Ferrol, Lugo, Ourense y Betanzos, que entraron en los planes para 72 viviendas. En la ciudad betanceira, se anunció ya parte del resultado del concurso pero no se ha llegado a concretar oficialmente.

En materia de vivienda, anunció la construcción de un bloque de 40 viviendas sociales frente a Maristas, en el ofimático. Tras problemas con la licencia, de cuyo retraso volvió a acusar al Concello por obligarle a modificar el proyecto por superar la edificabilidad permitida, publicó esta semana en el DOG la adjudicación de los trabajos por 4,5 millones, que se pueden prolongar hasta dos años según el pliego del contrato. El colegio de Novo Mesoiro, ya comprometido anteriormente y muy demandado, volvió a entrar en campaña. La redacción del proyecto se adjudicó en septiembre de 2016 poco después de la cesión de la parcela. Pero la licitación para la construcción no se ha materializado hasta junio de este año. Una vez elegida la empresa tras resolver el concurso, y con un plazo de ejecución de año y medio, parece difícil que se pueda poner en marcha en 2019, como estimaba el Gobierno gallego.

En Eirís, al lado del hospital, estará la nueva residencia de mayores. Ya se ha alcanzado un acuerdo de cesión del espacio con el Concello que falta por ratificar en un convenio. Aún no se ha redactado el proyecto. Los vecinos de O Castrillón solicitaban que se ocupase una parcela reservada a equipamientos junto al instituto, la escuela infantil y el centro de salud, para evitar el aislamiento de los mayores en una zona poco habitada y su integración en una barrio de mayor densidad de población.

No estaba en las promesas de campaña pero se anunció en un acto en la delegación de la Xunta la rehabilitación del antiguo edificio del Sergas en la ronda de Nelle. Su función, agrupar funcionarios desperdigados por la ciudad y evitar alquileres. Calculan la mudanza para 2020, próximo año de elecciones autonómicas, y tiene un espacio reservado para entidades sociales. Adjudicaron la redacción del proyecto en abril con un plazo de entrega de seis meses, por lo que tendrían que estar a punto de presentar el diseño. Para los comicios municipales, podrán inaugurar la pasarela de Marineda City, ya en marcha.

Prosigue la Xunta con el plan director del Hospital Universitario, cuyos términos iniciales fueron cambiados. A finales de 2015, la Consellería de Sanidade confirmó que había decidido revisarlo. Colgados y sin fecha, por el desacuerdo entre el Gobierno gallego y el local, el centro de salud de Santa Lucía y la intermodal.

La piedra del Puerto

Pero si una actuación de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo, gestionada personalmente, ha marcado estos dos primeros años de mandato en lo que respecta a A Coruña es el protocolo para los muelles. Mientras el Ayuntamiento veía cómo Puertos del Estado aplazaba una y otra vez un encuentro para plantearle la creación de un consorcio para gestionar conjuntamente la transformación de la fachada litoral, el presidente autonómico y el Ministerio de Fomento del PP negociaban a espaldas de los representantes de los coruñeses en el Ayuntamiento.

Ni siquiera anunció el acuerdo antes al Gobierno municipal, convocó una rueda de prensa en la que solo habló él para avanzar que el Gobierno gallego aportaría 20 millones de euros para que La Solana, Batería y Calvo Sotelo fuesen públicos. A través de este pacto sin el Concello, con competencias urbanísticas, la Administración autonómica se hacía con el control del 51% de esos terrenos, abriendo el resto a la aportación a posteriori de otras administraciones. La Autoridad Portuaria, cuyo presidente nombra la Consellería de Mar, incluso encargó un diseño a Joan Busquets, del que no se ha sabido nada. En la letra pequeña, la del desarrollo de protocolo en una propuesta de convenio, Fomento y Xunta dejan atado que los convenios de 2004, aquellos sobre los que se asentó la operación inmobiliaria en San Diego, seguirían en vigor, así como las sanciones previstas para las arcas municipales en caso de que el Puerto no ingresase el dinero previsto con la operación de compraventa.

No quiso hablar Feijóo en la presentación de sus planes para San Diego. El acuerdo pactaba, eso sí, que Adif y Puertos costeasen los más de cien millones del tren a punta Langosteira, aunque no se dejó firmado ni plasmado en los últimos presupuestos de Mariano Rajoy. El acuerdo fue reprobado por el pleno, solo defendido por el Partido Popular y en que se acusó a Núñez Feijóo de deslealtad institucional.

Tampoco la Xunta se ha mostrado muy proclive a la construcción del área metropolitana. Núñez Feijóo prometió a Ferreiro estudiarla en una reunión a los 100 días de ganar sus terceros comicios pero el primer paso que se quiere dar, el de un ente de Transportes, ya cuenta con el rechazo escrito del Gobierno gallego, que contestó a los alcaldes que la gestión de la Xunta se ha mostrado exitosa en este campo.