La Facultad de Sociología se convierte hoy y mañana en el escenario de las jornadas Refuxiadxs en España: Que fronteiras quedan por abrir? Para desarrollar este programa, la socióloga Montserrat Golías se inspiró en la estudiante de la Universidade da Coruña, Leticia Santaballa, que ha visitado decenas de ciudades para saber cómo se acoge a los solicitantes de asilo. Golías entiende que es importante escuchar "a las voces autorizadas" para entender el conflicto y "ver más allá de lo aparente".

- ¿Cuál es el objetivo de estas jornadas?

-Pretendemos reflejar el papel que desarrollan todas las ONG y asociaciones, muchas impulsadas de manera particular, que van generando una comunidad de apoyo. Esto nos pareció muy interesante porque normalmente los investigadores hablamos sobre estos temas pero así contamos con los actores y actrices que silenciosamente van aportando su grano de arena en el refugio. También le daremos voz a los propios refugiados, vivencias contadas en primera persona.

- En el proceso de organización del programa, ¿hay algo que le ha llamado la atención?

-Sí. Estos granos de arena, estas aportaciones altruistas, se han ido encadenando y formando una especie de comunidad. Todas las ONG, asociaciones y voluntarios independientes que participan en las mesas han conectado entre sí con el único fin de prestar ayuda y hacer lo que ellos puedan por la comunidad de refugiados. Eso me ha encantado. Hay generosidad pero también capacidad de trabajo por un mismo fin.

- Es un tema muy mediático pero ¿todavía hay quien lo ve lejano?

-Sí. De hecho, animo a los alumnos a que asistan. En la sociología siempre explicamos que hay que darle voz al sujeto de estudio, que hay que acercarse a la realidad social a través de la experiencia vivida por los protagonistas de cada una de las problemáticas o conflictos. Esto es lo que vamos a hacer estos días. Que sean ellos los que nos cuenten lo que está pasando. Las voces autorizadas.

- ¿Es necesario seguir insistiendo en que cualquiera desde su casa puede ayudar en este conflicto?

-Por supuesto. Cualquier cosa vale. Por ejemplo, puede haber una profesora de un instituto que haga una actividad sobre refugiados y se lo traslade a sus alumnos o una escuela de ajedrez que también se implique en esto. Así se consigue embarcar a gente para que se convierta esto en una actividad que merece ser reconocida.

- ¿Hay que profundizar en el análisis de la situación que están viviendo las personas refugiadas?

-Claro. Los medios de comunicación nos cuentan lo que está pasando con los refugiados, lo que se ve, pero no hay una reflexión o una lectura de análisis crítico. Por eso creo que es fundamental que estas jornadas se desarrollen en la Facultad de Sociología. Hay que ver más allá de lo aparente. La noticia pueden ser unos segundos pero hay que reflexionar y analizar cuáles son los actores implicados en esto. Hay que darle una visión antropológica, es decir, verlo desde el contexto en el que está sucediendo y por qué.

- ¿Está más próxima la solución al conflicto?

-Quizá eso sea muy ambicioso. Y a lo mejor no está en nuestras manos. Pero, al menos, podemos interpretarlo, que es lo que pedimos en la sociología. Así podemos responder a los porqués. Jornadas de estas características son un altavoz para muchas voces que no se suelen escuchar. Sobre todo las de los refugiados. Ojalá valga de algo.

- ¿Qué se busca al contar con los protagonistas?

-No hacer análisis desde el desconocimiento, porque son análisis sesgados, y es algo que pasa en la vida general. Cuando conoces al protagonista y te cuenta su historia, realmente empatizas, reflexionas y analizas. Si no, es una historia más en un mundo individualista.