El volumen de preguntas orales y escritas que plantean los diputados y senadores desciende de forma drástica cuando el partido al que pertenecen es el que ocupa el Gobierno central. Un repaso a la actividad de los parlamentarios coruñeses durante los dos años de la actual legislatura revela el espectacular cambio de tendencia que se produce, ya que de las 218 preguntas con respuesta escrita formuladas por el diputado socialista Ricardo García Mira, solo cuatro se presentaron después del 31 de agosto, con Pedro Sánchez ya en el Palacio de La Moncloa. El caso contrario sucede con el popular Miguel Lorenzo, puesto que de sus 148 preguntas de este tipo, 127 fueron registradas tras haber perdido Mariano Rajoy la presidencia del Gobierno.

Una actitud semejante se aprecia incluso en En Marea, una formación que no gobernó en ninguna de las dos fases de la legislatura pero que respalda en el Parlamento al PSOE. El diputado coruñés Antón Gómez Reino efectuó 159 preguntas escritas en estos dos años, pero desde la moción de censura de Sánchez solo fueron 23.

Socialistas y populares dan la misma explicación a este fenómeno. "Cuando estás en el poder te diriges casi directamente a las personas que están en el mismo para recabar los datos", señala Miguel Lorenzo, quien considera que existe un "hilo directo" entre los parlamentarios y el Gobierno cuando ambos son del mismo partido, mientras que si no es así "no te responden directamente". Para Ricardo García Mira, si un diputado pertenece a la formación que respalda al Ejecutivo existe "acceso directo al equipo técnico del Gobierno y muchas de las cuestiones se resuelven así".

Ambos diputados advierten además que la actividad parlamentaria no se reduce a la presentación de preguntas orales o escritas, ya que comprende también el trabajo en las diferentes comisiones legislativas, la elaboración de proposiciones y de toda clase de iniciativas.

"No se puede medir el trabajo parlamentario al peso", comenta Lorenzo, quien pone como ejemplo su participación en la comisión de Educación del Congreso para alcanzar un pacto educativo, ya que duró dos años y en la misma hubo 85 comparecencias de expertos y se presentaron numerosos informes que fue necesario examinar. "En mi vida trabajé tanto", destaca el diputado del PP con orgullo por la labor realizada.

También García Mira hace referencia a este aspecto, para lo que menciona su trabajo para elaborar una proposición de ley sobre el cambio climático u otras iniciativas abordadas en comisiones. "La imagen que ve el ciudadano es un pleno medio vacío, pero nunca hay abandono nunca de los temas", advierte sobre el impacto que causan las transmisiones televisivas de la actividad parlamentaria.

Según detalla, la mayoría de los diputados y senadores ausentes en los plenos "está atendiendo a colectivos o reuniéndose con organizaciones de todo tipo que plantean propuestas o están afectados por legislación", ya que cada norma que se aprueba en el Congreso "implica no solo su discusión y debate en la Cámara, sino con los grupos de interés afectados por ella".

Estos factores explicarían las enormes diferencias existentes en la estadística sobre la actividad de los parlamentarios, puesto que la senadora María Aparicio no figura como autora de preguntas o de solicitudes de informes o comisiones, datos que proporciona la web de Congreso, aunque la del Senado sí detalla que presentó cinco mociones en comisión, otra más ante el pleno y otra como consecuencia de una interpelación. También intervino sobre 22 informes del Tribunal de Cuentas, además de plantear otras iniciativas.

Para Miguel Lorenzo, existe un "gran desconocimiento de la actividad parlamentaria", a lo que añade que en el pleno "es donde menos se ve el trabajo del parlamentario". En su opinión, el trabajo de preguntar "es el más fácil", por lo que ve necesario "reflejar la realidad" del trabajo de diputados y senadores. También pone de relieve que su caso personal es especial, ya que al ser también concejal en A Coruña se ve obligado a salir de los plenos del Concello en la noche del lunes y tomar un avión a Madrid de madrugada para llegar al Congreso.

"Entramos el martes a primera hora de la mañana y salimos el jueves por la noche, pero esto no sale a la opinión pública", se lamenta García Mira, quien coincide con Lorenzo en que los fines de semana se dedican además a "atender en el territorio" con visitas a alcaldes, empresas y trabajadores.