La regeneración de la ría de O Burgo continúa en un horizonte indefinido. La Xunta deja en manos del Estado el dragado de la ensenada. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró esta semana, en el Debate del Estado de la Autonomía, que "en la ría de A Coruña solo está pendiente terminar dos bombeos para culminar su saneamiento integral, a falta de las actuaciones del Gobierno central".

El presidente gallego realiza estas declaraciones después de que el Ministerio de Transición Ecológica afirmase que, antes de licitar los trabajos de dragado, pretende llegar a un acuerdo con la Xunta y los cuatro ayuntamientos de la ría -A Coruña, Cambre, Culleredo y Oleiros- para financiarlos. El departamento estatal, que tiene las competencias en la materia, pretende "concretar" el reparto de costes de un proyecto para el que nunca se precisó el sistema de financiación: el anterior Gobierno estatal, que dirigía Mariano Rajoy, dejó presupuestados en varios años 24 millones de euros, de los 46 millones que cuestan los trabajos al completo.

En la misma línea que Feijóo se había manifestado Beatriz Mato en un acto en que se presentó como candidata del PP a la Alcaldía de A Coruña cuando todavía era conselleira de Medio Ambiente. Preguntada por la diferencia entre lo presupuestado y el coste total, Mato respondió: "Buena pregunta, pregúntele usted a Pedro Sánchez".

La Consellería de Infraestruturas -a la que pertenece ahora Augas de Galicia, ente responsable de la materia a nivel autonómico- no ha contestado a preguntas de este diario en las dos últimas semanas, desde que el Ministerio sostuvo que licitará la obra cuando haya consenso, sobre si estaría dispuesta a aportar parte del coste de los trabajos. En los años de reclamaciones de la regeneración de la ría y de petición de incluir el proyecto en los presupuestos, ninguno de los ayuntamientos se pronunció tampoco sobre el reparto de costes.

La Xunta, aunque de modo menos explícito que tras el cambio del Gobierno en Madrid, siempre ha dado a entender que el dragado no es su competencia. Feijóo nunca comprometió una financiación concreta y siempre sostuvo que su parte en la limpieza de la ría consistía en actuaciones en el saneamiento del sifón y el tanque de tormentas, recientemente inaugurado, que eliminan puntos de vertido. El presidente gallego se desligó de los trabajos de dragado aún cuando sus compañeros de partido desde el Ejecutivo central pretendían que la actuación contase con fondos también de las administraciones autonómica y local, como se plasmó en numerosas respuestas parlamentarias o institucionales.

En julio de 2014, el Gobierno central popular contestó a la diputada del BNG en el Congreso, Rosana Pérez: "Una vez concluya dicha tramitación, se acordará con las administraciones involucradas el proyecto de regeneración de la ría y el sistema de financiación para llevar a cabo la obra".

En agosto de 2015, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, en respuesta a un requerimiento de la conselleira de Infraestruturas, Éthel Vázquez, afirmó que una vez que el proyecto determinase el coste "real" del dragado, el Gobierno, la Xunta y los cuatro ayuntamientos de la ría tendrían que "alcanzar un acuerdo para su financiación" como paso previo a la licitación de los trabajos.

La Xunta no recogió el guante. En febrero, tras una iniciativa parlamentaria del PSOE, la Consellería de Medio Ambiente aseguró que se constituiría una comisión con representantes de todas las administraciones implicadas una vez que se hubiera llegado a un acuerdo sobre el reparto de costes de los trabajos. En esa iniciativa, el diputado del PSOE Juan Díaz Villoslada, aún en la oposición en las Cortes Generales del Estado, reclamaba al Gobierno central y al autonómico que se pusiesen de acuerdo.