Las obras que este verano comenzaron en una vivienda de un edificio de la calle San José de Calasanz, en Elviña 2ª Fase, acabaron con la paciencia de los residentes en el domicilio contiguo cuando hace tres semanas un taladro perforó la pared de su cocina. Los pequeños agujeros que han reventado azulejos hicieron reaccionar a los propietarios del piso afectado primero protestando y reclamando explicaciones a la empresa responsable de las obras y después denunciando los trabajos, que, según descubrieron días más tarde, no se ajustan a la licencia solicitada. Esta familia y la comunidad de propietarios del inmueble han cursado requerimientos a la firma para paralizar la intervención y denunciado las obras en el área municipal de Urbanismo. Pero los trabajos prosiguen y el Ayuntamiento aún no ha tomado medidas que conlleven la suspensión de los trabajos, lo que a día de hoy molesta a los vecinos damnificados.

La Policía Local, requerida en más de una ocasión por los residentes del piso contiguo al de la obra, ha levantado un acta en el que, mediante fotografías, hace constancia del alcance de la reforma. Aunque en teoría esta debía afectar solamente a la cocina y al cuarto de baño de la vivienda, las imágenes muestran que se han derribado todos los suelos y los tabiques interiores. El piso es propiedad de la empresa, una firma coruñesa especializada en la promoción, construcción y rehabilitación por cuenta propia o ajena de edificaciones, así como su alquiler y venta.

La última comunicación que tienen los residentes de la vivienda afectada por las obras es que el departamento de Disciplina Urbanística, al constatar que los trabajos no se ajustan a la licencia solicitada, tramita un expediente, que todavía no ha comunicado a la empresa, en el que le notificará que deberán suspender la reforma iniciada hace meses. Una vez que la firma reciba esta orden dispondrá de 24 horas para paralizar la obra; en caso de negarse, motivará una nueva solicitud de los perjudicados y de la comunidad de propietarios que, previsiblemente, alargaría aún más el proceso. Y esto es lo que no toleran los damnificados directos, con agujeros en su cocina y ruidos al otro lado de la pared.

"Esto no se puede consentir. Es una reforma integral en la que han perforado vigas y taladrado el tabique medianero sin respetar las servidumbres, haciendo redistribuciones y dañando elementos comunes del edificio", se queja la residente en la vivienda colindante a la que lleva meses en obras. La afectada explica que cuando el taladro cruzó por primera vez el tabique desde la cocina contigua se quejó de los daños ante el principal responsable de la empresa, quien, según su versión, se ofreció a arreglar los daños causados.

Las protestas de la familia residente se extienden a la tramitación burocrática del asunto, con peticiones continuas de documentación por parte de la administración y demora en la apertura de un expediente. La lentitud de los trámites, las limitaciones de personal y la acumulación de otros expedientes son, aseguran los afectados, las razones que les ha dado Urbanismo para no acelerar su caso.