La residencia universitaria pública Elvira Bao, en un ala del instituto Calvo Sotelo, abre sus puertas desde ayer a los primeros estudiantes, un mes después del comienzo del curso académico y tras haberse resuelto los trámites administrativos y las carencias de equipamiento todavía pendientes. Al menos dos alumnas dejaron ayer por la mañana sus pertenencias y pasaron la noche en sus habitaciones. Se espera que en los próximos días lo hagan otros once universitarios que a día de hoy tienen plaza en la residencia, según sus responsables.

La Universidade da Coruña (UDC) ofreció el mes pasado a los alumnos que tenían plaza reservada -entonces 21, según recogía la lista de admitidos- la posibilidad de alojarse en la antigua Laboral, en Acea de Ama, mientras no finalizaban las últimas obras y retoques en la residencia, financiados por la Diputación. Resueltas cuestiones relacionadas con el mobiliario y los suministros de agua y luz, el recinto ya está habilitado para recibir estudiantes, aunque en principio no estarán operativas las 60 habitaciones que tiene. De las 46 plazas ofertadas inicialmente, hubo 33 solicitudes en el período de inscripción, abierto el pasado mes de julio, y diez solicitantes quedaron fuera de la lista provisional por errores en la documentación o por superar la renta máxima; otros dos renunciaron a ellas.

La residencia Elvira Bao tiene la entrada por un lateral del edificio del colegio Calvo Sotelo, en la calle Maestro Bernardino González Freire. Las habitaciones, compartidas para dos estudiantes -salvo para personas con discapacidad, que son individuales-, están equipadas con baño, muebles y conexión a internet, y se reparten en dos plantas. La instalación cuenta con espacios comunes, como salas de estudio o de descanso con mesas, sillas, sillones y máquinas dispensadoras de comida y bebida. Los residentes podrán hacer uso, si quieren, del comedor del instituto.

El coste del alojamiento en una habitación doble de la residencia universitaria es de 100 euros al mes para alumnos sin beca y de 165 para los que sí disponga de ayuda. En el caso de las estancias individuales, los estudiantes pagarán 195 euros mensuales si cuentan con aportación económica y 130 si no la obtienen.

La Diputación, que ha invertido un millón de euros en los trabajos, preveía tener listo el edificio entre febrero y marzo de este año, pero las obras sufrieron varios retrasos desde que empezaron en junio de 2017. El organismo provincial, el Concello y la UDC firmaron el acuerdo para impulsar la construcción de la residencia en octubre de 2015 a través de la cesión de uso a la institución académica de parte de las instalaciones del Calvo Sotelo para su utilización como alojamiento público universitario.