- ¿Qué opina de la instalación en el Ágora de la Oficina de Cooperación Audiovisual?

-Es algo muy positivo aunque no sé muy bien qué futuro tendrá. A nosotros nos vale como apoyo a la formación de los alumnos de producción. De hecho, cuando los estudiantes tienen que hacer sus proyectos de fin de curso salen cosas muy parecidas a esta oficina. Que se haga quiere decir que esos proyectos tenían bastante que ver con la realidad y las necesidades del sector.

- ¿En qué punto se encuentra el sector audiovisual en la ciudad?

-El problema que estamos teniendo, y todos lo vemos, es el trabajo. El objetivo de la Formación Profesional es que los alumnos encuentren un trabajo en el sector. Pero, desde la crisis, el sector bajó un montón. Cerraron productoras o, si no cerraron, muchas ya no tienen actividad y están solamente en mínimos para decir que sigue figurando la productora como tal. Todavía estamos sufriendo ese bajón.

- ¿En qué lo nota?

-Siempre lo cuento, pero hace muchos años las empresas me pedían más alumnos para prácticas, cuando solo mandábamos uno o dos. Pasé de justificar eso a ver que no hay empresas suficientes para que todos hagan prácticas en la industria. Tenemos que buscar en otros sitios. Es una pena, porque antes éramos un referente nacional en animación y ahora ya no figuramos.

- ¿Hay margen de mejora?

-Sí. Desde la escuela tenemos un contacto constante con la industria y el feedback que me llega a mí es que parece que la cosa se recupera. También tiene mucho que ver con quién está en el Gobierno.

- Y en la escuela, ¿continúa la demanda de plazas o ha decaído?

-Ahí no hay problema. Las solicitudes para poder entrar a la escuela están a niveles muy altos. En verano podemos recibir sobre 2.000 peticiones. Solo con la intención de entrar en la escuela, porque tiene un prestigio, no importa a qué ciclo. Quedan listas de espera muy largas para las especialidades.

- ¿Es una forma de crear cantera para evitar una fuga de talentos a Madrid o Barcelona?

-Claro. Antes la gente quería venir a estudiar aquí para trabajar en animación. Fuimos pioneros en los estudios de 3D. Ahora muchos se van fuera, aunque tampoco hay trabajo seguro en Madrid o Barcelona. También ocurre, cuando se hace una película, que se contrata al equipo técnico en otras ciudades. Por ejemplo, viene el iluminador de Madrid. Pero realmente es una persona de aquí, que salió de la escuela, y se tuvo que ir para buscar trabajo. Esa gente ahora vuelve.

- ¿Qué especialidad se va reforzar en un futuro cercano?

-Es difícil de prever. Por ejemplo, hay mucha oferta de producción. Podríamos decir que hay saturación. Esto ocurre porque es un ciclo relativamente barato de impartir. Solo necesitas ordenadores, hojas de cálculo, programas específicos... Pero hay otras especialidades caras de impartir como sonido, realización o animación. Esas solo las tenemos nosotros así que hay una necesidad de ofertar más formación de este tipo. Es difícil porque cuesta mucho dinero. Nosotros cubrimos todo el ámbito gallego y también de fuera porque ahora tenemos educación a distancia.