Francisco Franco, Carmen Polo, Alfonso Molina y Pedro Barrié de la Maza se pasearon ayer por la Ciudad Vieja. Ni han resucitado ni la ciudad ha vuelto al pasado. Es una iniciativa de la Comisión Aberta en Defensa do Común, que reunió ayer a casi un centenar de personas para hacer una marcha cívica entre la plaza de María Pita y la Casa Cornide con la intención de exigir a la familia Franco la devolución de este inmueble al patrimonio municipal.

"Ay, qué bien que tenemos la Casa Cornide. Es que el pazo de Meirás se me hace muy grande, es difícil calentarlo", bromeó la actriz Isabel Risco en el papel de Carmen Polo, la mujer de Franco, popularmente conocida como La collares. Así fue que Polo y su marido se pararon, durante la marcha, en algunos escaparates de los comercios de la Ciudad Vieja.

El objetivo no eran las risas ni el teatro, sino reivindicar la devolución del inmueble situado frente a la Colegiata. "Es que puedo ver la misa desde la ventana", se justificaba Carmen Polo entre las casi 100 personas que se agolparon a su alrededor con móvil en mano para inmortalizar el momento.

Se trata de un pazo urbano del siglo XVIII con 879 metros cuadrados y que fue residencia del humanista José Cornide, fallecido en 1803. Que acabase finalmente en manos de los Franco es una historia que ayer se repitió para que no caiga en el olvido. Miembros de la Comisión Aberta en Defensa do Común explicaron cómo el Ayuntamiento -con Alfonso Molina como alcalde-, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Hacienda se pusieron de acuerdo para validar una permuta de propiedades mediante la cual la primera institución se hacía con la Casa Cornide a cambio de ceder otro inmueble al Estado.

Después se acordó vender la propiedad mediante subasta pública, una puja que se celebró el 2 de agosto de 1962. El pliego de condiciones estaba redactado de una manera especial para evitar a competencia. Solo se presentaron el falangista José Luis Amor Fernández y Pedro Barrié de la Maza -que también desfiló ayer por la ciudad-. Este último se hizo con el inmueble tras una puja de 305.000 pesetas. Esa misma tarde solicitó en el pleno municipal transmitir la propiedad a Carmen Polo.

Ahora los coruñeses reclaman su devolución municipal, como demostraron ayer con pancartas y cánticos que llamaron la atención de transeúntes y curiosos. Que devolvan o roubado, se podía leer en un cartel. Mientras, los Franco, en su papel, agradecían a "Alfonsito y Barrié por su ayuda" para conseguir la Casa Cornide. "Qué bien escogí. Justo enfrente de la iglesia", presumió Carmen Polo. Los irónicos discursos y los carteles clamaban por un mismo fin: la devolución de la Casa Cornide. Una iniciativa aprobada también en el pleno el pasado mes de enero, con los votos a favor de PSOE, Marea y BNG y la abstención del PP para instar a la Xunta y al Gobierno central a eliminar los derechos hereditarios a efectos tributarios.