La ejecución de una obra pública entre tres administraciones requiere que cada una de ellas tenga claro de qué actuaciones se encargará y el coste que se verá obligado a asumir, de forma que no se produzcan interferencias a la hora de ejecutar los trabajos. La construcción de la estación intermodal es un proyecto de estas características, ya que será puesto en marcha por el Concello, la Xunta y Adif, por lo que las tres partes se reunirán el lunes en Madrid para tratar de alcanzar un acuerdo definitivo acerca de cómo se desarrollará esta iniciativa.

Una reunión que mantuvieron representantes de las tres administraciones en febrero del año pasado sentó las bases del convenio que debe plasmar los deberes de cada una de ellas y de cuyo contenido informó entonces LA OPINIÓN. El Concello envió el miércoles a la Consellería de Infraestruturas y Adif una propuesta de acuerdo basada en las premisas establecidas entonces, aunque ayer evitó proporcionar el documento antes de que sea analizado en el encuentro de la próxima semana.

Tras las diferencias entre el Gobierno local y el organismo ferroviario sobre la construcción del aparcamiento subterráneo que ocupará el subsuelo de la terminal de autobuses, el año pasado se llegó al consenso de que será ejecutado por el Concello sobre terrenos de Adif, aunque con el compromiso de que 70 plazas serán de propiedad municipal para que puedan ser usadas por vecinos de la zona. También será el Ayuntamiento el que gestione el resto del estacionamiento, con 240 plazas de rotación, hasta que consiga amortizar la inversión realizada, que se estima en torno a los cuatro millones de euros, por lo que Adif calcula que deberán pasar quince años para recuperar esa cantidad, mientras que el Concello prolonga ese periodo hasta los veinte para que así sea posible establecer unas tarifas más asequibles.

El aparcamiento era el principal escollo para llegar a un acuerdo, ya que Adif exigía al Concello que lo construyese para que el organismo estatal lo explotase, de acuerdo con el convenio que se había firmado en 2009 para desarrollar el primer proyecto de la intermodal, que tenía unas dimensiones mucho más grandes. Los responsables municipales rechazaban costear la infraestructura si no era para gestionarla y además rebajaban las elevadas expectativas de ingresos que Adif realizaba sobre la venta de los terrenos de la actual estación de autobuses una vez que sea abandonada.

Además del aparcamiento, otra de las obligaciones municipales será la construcción de los accesos a la terminal de autobuses, a la que se llegará por las avenidas de Arteixo y A Sardiñeira, en cada una de las cuales habrá que instalar una rotonda para facilitar el paso de estos vehículos. Todas estas actuaciones tendrían un coste de 10 millones de euros, la misma cantidad que debería aportar la Consellería de Infraestruturas para construir la nueva estación de autobuses.

Fondos europeos

Inicialmente, ocho millones procederían de los fondos europeos Feder, aunque el departamento autonómico considera que el retraso generado por la necesidad de reformar el proyecto de la terminal de buses, del que culpa al Concello, aconseja dedicar esos recursos a las otras intermodales gallegas para que no se pierdan. El Gobierno local replica sin embargo que, tal y como ha asegurado la Comisión Europea, es posible utilizar esos fondos porque pueden invertirse hasta 2023 y así lo defenderá en la reunión.

Allí también deberá concretarse si la Xunta mantiene el compromiso adquirido el año pasado de tramitar las modificaciones urbanísticas del proyecto mediante una ley que acorta los plazos habituales, ya que será necesario redactar un plan especial cuya aprobación requiere bastante tiempo.

La misión de Adif en la intermodal será reformar la actual estación del ferrocarril, en la que ya se renovó la cubierta, para hacer posible la llegada del AVE, que en principio no comenzará a transportar pasajeros a Galicia antes de 2020.