El Fondo Galego de Cooperación e Solidariedade creó hace doce años el programa Vacacións con traballo para prestar ayuda a países como Cuba, Perú, Mozambique y Nicaragua a través de talleres de formación. Uno de los voluntarios elegidos este año ha sido el programador y analista de sistemas en la Diputación Manuel Fuentes, que está visitando varios distritos mozambiqueños para crear una base de datos sobre sus habitantes. "Venía con las expectativas muy bajas y estoy muy bien. Me tratan fenomenal, la comida está muy rica y tengo una habitación con baño y un enchufe. Es un lujo", reconoce el coruñés.

Lleva un mes en Mozambique y ha decidido prolongar su estadía durante quince días más para poder desarrollar su proyecto por completo. "Aquí las cosas van a otro ritmo y nos ha costado arrancar. El principal problema son las comunicaciones. No existen. Si quieres tener internet, necesitas tu móvil como router y aun así es muy lento", comenta.

Lejos de desesperarse, Manuel Fuentes se ha armado de paciencia para elaborar una enriquecida base de datos sobre cinco aldeas de Mozambique que permitirá extraer numerosos datos al departamento de Área Social de la Fundaçao Encontro. "Los activistas van por las casas recopilando información en una ficha de papel. Son un montón de carpetas y es imposible sacarles rendimiento", explica.

Las familias informan sobre cuántas personas viven en la misma casa, qué estudios tienen, cuál es su ocupación, qué enfermedades padecen y qué necesidades tiene la familia. Una serie de datos que ahora estarán volcados en el programa que está elaborando Manuel Fuentes. "Les estoy explicando cómo extraer datos de ahí. Por ejemplo, cuántas personas de determinada aldea no tienen estudios", especifica.

El coruñés llegó a su destino con una planificación detallada y "material que en España ya está desfasado" -como cables- para montar un equipo informático. Sus planes pronto se desvanecieron. "Nos costó mucho arrancar. El ordenador que queríamos utilizar un día funcionaba y al siguiente no. Un problema que en A Coruña puede tardar un par de horas en resolverse allí dura tres o cuatro días", explica, y añade que esto ha sido "lo que más" le ha "costado asumir". "No se puede ir por delante porque todo es más despacio. Aquí no existe eso de planificar el futuro porque a cada minuto las prioridades cambian", reconoce.

Con esta iniciativa, el Fondo Galego de Cooperación e Solidariedade no solo busca impulsar y formar a personas con menos recursos, sino sensibilizar a los voluntarios y hacerles ver la realidad de otro mundo. "Todo el mundo debería hacer un voluntariado alguna vez en su vida. Aunque sean 15 días. Es una experiencia de vida y es necesario para entender que nuestros problemas aquí son tonterías de niños de dos años", reflexiona el coruñés.

Para Manuel Fuentes su vida "va a tener dos partes". "Una antes de venir aquí y la otra después de esta experiencia en Mozambique", asegura. El informático entiende que es "importante" conocer "cómo se vive en otros países". "Sobre todo para los occidentales", añade.

En este mes, el coruñés ha aprendido a "vivir sobre la marcha" sin necesidad de planificar. "Aquí puedes tener organizada una reunión y una hora antes se cancela porque hay otra cosa más importante que hacer", cuenta desde una aldea mozambiqueña.

Fuentes retransmite su experiencia en el blog Vacacionscontraballo.wordpress.com, en el que también publica fotografías de su estancia. No es el único que está viviendo esta enriquecedora experiencia. Yolanda Ferro acaba de volver de Cabo Verde, donde trabajó en el gabinete de turismo de Santa Cruz, en la isla de Santiago. Además de analizar información, asistir a reuniones y conocer en profundidad el territorio, Ferro ha compartido tiempo con los miembros de la asociación Portas Abertas, que organiza actividades saludables al aire libre.