El Concello defendió ayer que las obras del estadio de Riazor cuentan con todas las medidas de seguridad necesarias ante la denuncia de la CIG de que el pasado martes los trabajadores seguían realizando labores pese al temporal en la costa coruñesa. Según fuentes municipales, el plan de seguridad de la reforma establece que los operarios deben paralizar su tarea cuando se superen los 50 kilómetros por hora y que, para ello, cuentan con cinco anemómetros. Apuntan que ese día acabaron la jornada a las seis y media por causa de la lluvia que, dicen, dificultaba los trabajos.

El Gobierno local destaca que las obras cuentan con personal técnico y especializado en seguridad "de forma constante" y reconocen que, debido a las malas condiciones meteorológicas de estos días, el ritmo de trabajo es "más bajo de lo habitual". Pidió, dice, a las empresas implicadas que tomaran medidas si era necesario para proteger a los empleados.