La Red Gallega en Apoyo a las Personas Refugiadas trajo ayer a la ciudad a José Palazón, activista por los derechos humanos y denunciante de la situación de la población migrante en Melilla, además de presidente de la ONG Prodein. Palazón es el autor de una elocuente fotografía, tomada en 2015, que recoge a varios inmigrantes africanos subidos a una valla en Melilla mientras del otro lado dos hombres juegan despreocupadamente al golf sin prestar atención.

- ¿Seguimos jugando al golf en lugar de mirar a la valla?

-Más que antes. Hace unos días llegó un barco de Salvamento Marítimo a Melilla con nueve cadáveres. En 2015 morían personas saltando la valla, muchas veces a manos de militares marroquíes, ahora mueren más. Dicen que los mata el mar. No, directamente los echamos al mar. Y eso lo saben quienes les hacen ir al mar porque es la única vía que no está cerrada. Eso es señalarles por dónde tienen que ir sin mirar a ese sitio, un camino que es una muerte segura.

- ¿Es mayor hoy la indiferencia social y política que asociaciones como la suya denuncian?

-Crece. Hay acuerdos políticos entre países e intereses no visibles de dominio y control de fronteras que determinan las políticas de inmigración que hoy se realizan.

- ¿Las autoridades muestran entonces falsa preocupación?

-La indiferencia hacia los inmigrantes es total. A través de ellos se buscan réditos, rentabilizar lo que les pasa ganando influencias políticas en todo el norte de África. Se trata de un control del territorio muy relacionado con la lucha que hay en África por controlarla, por repartirse el pastel. Europa se sirve del tema migratorio para penetrar y apropiarse de los ejércitos del norte africano y controlar a los gobiernos. Y eso lo hace con la excusa de contener la inmigración, pese a que no tiene interés ninguno por esas personas y a que las utiliza para conseguir más espacios de poder. A base de lo que llama lucha contra la inmigración ilegal, que no es ilegal y que no hay que luchar contra ella, sino gestionarla bien.

- ¿Ningún gobierno, con esos intereses de los que habla, es capaz de meterse en el pellejo de un menor inmigrante que trata de llegar a otro país?

-Desaparece la concienciación. Hasta el punto de que, le cuento, el consejero de Bienestar Social de Melilla se ha dirigido a toda la población de la ciudad para que quien vea a un sujeto ilegal llame a las autoridades para denunciarlo y detenerlo. Esto es una total carencia de sentimiento y empatía con quien él llama ilegal. Este señor no llama ni menores a los niños que llegan, sino inmigrantes precoces.

- En medio de este clima, ¿qué aporta la ONG Prodein?

-Lejos de ser una ONG revolucionaria que quiere echar abajo el sistema, como se le ha criticado, luchamos por que se cumplan las leyes y nuestro sistema jurídico funcione, sin distinguir a niños nacionales y extranjeros, sin cuestionar la naturaleza de los niños.

- ¿Con qué trabas se topan?

-Precisamente chocamos con las instituciones que actúan al contrario, sin ejercer tutelas como es debido y mirando hacia otro lado.

- ¿Qué porcentaje de escolarización de inmigrantes hay hoy en Melilla?

-Es bajísimo. Los menores han perdido la confianza en el sistema de protección de Melilla porque no reciben documentación y no son escolarizados. Los que están en un centro de acogida son echados a la calle al cumplir 18 años, y en poco tiempo son detenidos y se les abre una orden de expulsión.